Por: Ileana Gonzalez


Nunca me sentí latina. Mejor dicho, nunca me sentí identificada con el estereotipo latino. Mi cuerpo no tiene todas las curvaturas ni la altura necesaria. Mi piel no tiene la tonalidad exacta idealizada. Mis prendas son oscuras, en algunas épocas más gruesas y estructuradas y en otras más sueltas y un poco más ligeras. A mi alrededor, no hay playas paradisíacas ni clima tropical. Quizás sea porque soy Argentina, quizás porque mi país está demasiado al sur. 

“Soy chilena y no me siento latina”, expresaba una usuaria de TikTok. Continúa relatando que antes de irse a vivir a Europa no se consideraba latina. Al unísono se suman varios comentarios expresando: “Soy uruguaya y me pasa lo mismo” “Soy paraguaya y también”, “No se olviden del sur de Brasil”. En ese momento me di cuenta que ese sentimiento era compartido y que teníamos algo en común, pertenecíamos a países Latinoamericanos, principalmente del Cono Sur, pero esa identidad no estaba presente. 

A lo largo de la historia, se ha relacionado a la mujer latina con el tropicalismo y como expresa Martynuska, esta relación ayudó a borrar las diversidades en la latinidad para así construir un estereotipo latino, un imaginario donde predominan los colores brillantes, estampados tropicales, textiles ligeros, siluetas fluidas y mucha joyería. A nivel corporal, caderas y pechos prominentes, cabello largo o extravagante, piel marrón y sin lugar a dudas, cuerpos habitando en climas cálidos y tropicales, rodeados de playas, palmeras y aguas cristalinas de ensueño. 

Jennifer López, ícono del “estereotipo latino”, en Versace, Milan Fashion Week 2019.
Es una reversión del vestido que usó en los Grammy Awards del 2000. Créditos: MIGUEL MEDINA/Getty Images

Esta construcción ha sido reforzada y difundida por revistas de moda con sus artículos sobre “elementos esenciales” para vestir como una latina o los desfiles de moda realizados en destinos “exóticos”. Un claro ejemplo es el reciente desfile Resort 2024 de Carolina Herrera realizado en Río de Janeiro, con modelos vistiendo prendas con siluetas fluidas y mucho color y estampado, que como expresa la marca, “recuerdan a una fantasía tropical”.

Desfile Resort 2024 de Carolina Herrera en Río de Janeiro. Créditos: Vogue Runway

También lo podemos encontrar en el cine y la televisión. Cuando pensamos en latinas y Hollywood, probablemente vengan nombres como Jennifer López, Salma Hayek, Sofía Vergara, entre otras. Incluso, los concursos de belleza han contribuido a reforzar ese ideal latino.

Sofía Vergara junto a Reese Witherspoon en la película “Dos locas en fuga”. Créditos: Tomatazos

Sería interesante comenzar a cuestionar todas esas imágenes con que crecimos, con esos imaginarios alejados de algunas realidades.  

Comprender que puedo sentirme latino/a aunque no cumpla con los requisitos según los estereotipos establecidos. Somos parte de una heterogeneidad que recorre del norte al sur, que atraviesa distintos climas, paisajes, culturas y países. No hay una sola forma de ser latino/a. Cada país vive la latinidad de forma distinta. Y cómo diría Gloria en Modern Family “Soy latina, así que me puedo sentir como quiera”. 

Sofía Vergara como Gloria en la serie Modern Family. Créditos: thisisjusttosayihave