Con el fin de desarrollar profesional y empresarialmente marcas sostenibles, Universo MOLA, programa de la Fundación Entre Soles y Lunas, realiza diferentes instancias de networking. A través de la plataforma Zoom, el pasado 31 de octubre, se llevó a cabo un intercambio de conocimientos, recursos, estrategias y oportunidades entre varios emprendimientos latinoamericanos llevándolos al siguiente nivel.
La actividad fue liderada por Mauricio Cardenas, Presidente de la Cámara Verde de Comercio Colombia, acompañado de Liz Arauz, Pasante de Universo MOLA. Durante el encuentro, presentaron sus proyectos cuatro invitadas.
En primer lugar, se contó con la presencia de Upcycling Andreina. De origen boliviano, Andreina Quiroga define sus diseños como elegantes con un enfoque en la deconstrucción y re ensamblaje artesanal. En la Pandemia, la diseñadora se sumergió en el mundo del reciclaje al experimentar con telas y prendas que tenía en su hogar. Mediante residuos textiles, comenzó a crear nuevas piezas amigables con el medio ambiente. Materiales como denim, algodón, lana y seda son sus favoritos a la hora de confeccionar. Asimismo, hace gran hincapié en la huella hídrica a través del ahorro de agua al utilizar jeans que ya existen.
“Muy poca gente se pregunta: ¿por qué algo es tan barato? ¿Quién lo habrá hecho?. El Fast Fashion está muy impuesto y la gente gasta y sabe que es una prenda temporal. Cada prenda mía es como un tesoro y no estoy a fin de que la compren para que quede guardada y sin usar”, declara Andreina.
Diseño de Andreina Upcycling .
Imagen tomada del Instagram de la marca.
En representación de Consciente Colectivo, Anahí Baez expuso acerca de esta gran iniciativa. Consciente Colectivo, es una empresa argentina que opera con dos unidades de negocio. Una de estas divisiones se dedica a la fabricación de sus propios productos por medio de la implementación de sistemas de trazabilidad y la utilización de elementos provenientes de la economía circular. La comunidad local ha contribuido donando diversos materiales, como telas y envases de leche, que han sido reutilizados para la creación de piezas de uso cotidiano, como materas y lonas para la playa, entre otros.
A su vez, Consciente Colectivo se destaca por su generación de códigos QR que posibilitan a los consumidores acceder de manera sencilla e interactiva a la información detallada sobre los productos. Incluso respaldan y certifican cada fase del proceso mediante la documentación y la implementación de tecnología Blockchain de acceso público.
«Proporcionamos información que beneficia tanto al consumidor, ofreciéndole detalles sobre el origen del material y quienes participaron en el proceso, como a la empresa al respaldar su transparencia y las certificaciones claras», explica Anahí.
Stand con productos de Consciente Colectivo .
Imagen tomada del Instagram de la marca.
De Misiones, Argentina, Georgia Madelaire, mostró su emprendimiento sobre técnicas decorativas con la ayuda del eco printing aplicado en prendas nuevas o intervenidas. Georgia transforma piezas con la impresión botánica o el slow stitching, incorporando detalles de bordado en forma de mandalas.
«Me encanta este espacio porque me permite darme cuenta de que no estoy sola, somos varios los que nos preocupamos por la sostenibilidad. Ver a personas con más experiencia me brinda un valioso apoyo». Georgia considera su trabajo como un compromiso con el futuro y con sus nietos.
Diseño de Georgia Madelaire.
Imagen tomada del Instagram de la marca.
Por último, pero no menos importante, desde Chile, Alejandra Salgado presentó Vestiale, su marca de bolsos, carteras y mochilas creadas a partir de textil rescatado. Salgado destaca como pilar fundamental su impacto con el medio social y ambiental. Su método de confección cuenta con la labor de costureras, contribuyendo a la economía de sus hogares.
“Estamos invadidos por la importación y es difícil cuando uno hace algo local y a mano. Hay que apostar y destacar la industria nacional”, afirma Alejandra.
Alejandra Salgado confeccionando en su taller.
Imagen tomada del Instagram de la marca.
Sin lugar a dudas, fue una experiencia enriquecedora para todos los participantes, destacando la relevancia de la comunidad y el apoyo mutuo en la búsqueda de prácticas sostenibles. Entre las conclusiones, se ha reafirmado la vital necesidad de mostrar con transparencia los procesos creativos y la importancia de generar contenido en redes sociales para darse a conocer. La difusión de valores es fundamental para el futuro sostenible que se está construyendo.