Escrito por: Noticias de Universo MOLA

Por Camila Hermida, Voz del #UniversoMOLA Colombia

Mientras esperamos que se den los cambios necesarios para que la industria de la moda sea mejor, más amable con las personas y la naturaleza, y más consciente, es difícil pensar qué podemos hacer como consumidores. 

La moda sostenible aún está en crecimiento, por lo que comprar siempre de marcas con buenas prácticas no es posible, a veces por la disponibilidad de las prendas, otras por los precios. Entonces, ¿qué podemos hacer como consumidores para ayudar?

Aquí va una idea: a veces hay que parar, y preguntarse el por qué: ¿Por qué esa prenda en la vitrina te atrae tanto? ¿Por qué te causa tanta fascinación? 

Además de las exitosas campañas de mercadeo de las empresas de moda, la razón está detrás de la psicología. Nuestros cerebros, lo creas o no, están programados para amar (a veces necesitar) la alegría detrás de comprar. 

¡Y no todos somos iguales! Existen diferentes motivadores psicológicos que hacen de comprar ropa una actividad tan atractiva.

En primer lugar, se encuentran los motivadores prácticos: protección de clima, comodidad y el hecho de ser presentable en sociedad. Estos motivadores son la razón de ser de cada prenda, pero no tienen la última palabra. 

La última palabra es de la emoción, y de este tipo de motivadores hay tres – y muy poderosos-.

Para algunas personas las compras cumplen la función de ayudarles a mantener un estado de ánimo neutral. Las compras ayudan a subir el ánimo en momentos de tristeza y de la misma forma complementan y aterrizan sentimientos de felicidad. Para otras, son una forma de encontrarse a sí mismas. Las prendas compradas responden los interrogantes que ellas mismas no saben cómo resolver: ¿Quién soy? ¿Qué estoy comunicando al mundo? 

Por último, para un tercer grupo, las prendas nuevas representan la oportunidad de pertenecer al lugar al que más desean. Las prendas se convierten en piezas clave que los ayudan a encajar de forma más fácil en grupos sociales, espacios de trabajo, o cualquier lugar en el que sienten que de otra forma no pertenecerían.

Todos, lo sepamos o no, pertenecemos a uno o más de los tres grupos. Saberlo, además de ayudarnos a entender y ser mejores, nos puede ayudar a elegir cada que tenemos la oportunidad de comprar: ¿Por qué quiero ese vestido nuevo? ¿Lo necesito? ¿O necesito sentirme feliz? ¿Lo necesito? ¿O es un paso en el camino del autodescubrimiento? 

¡Aprende a leer tus emociones! El planeta (y también tu bolsillo) te lo agradecerán, y da a cada prenda una razón de ser.