Por Paz Coliguante

La reciente apertura de importaciones anunciada por el gobierno argentino para el sector textil y tecnológico ha generado un intenso debate sobre su impacto en la industria local. La medida, que busca facilitar el acceso a productos como repuestos para maquinaria y electrodomésticos, tiene como objetivo mejorar la regulación de precios a nivel nacional. Sin embargo, es fundamental analizar cómo esta decisión puede afectar la producción local de indumentaria en el contexto económico actual.

La industria textil en Argentina enfrenta una disyuntiva compleja. Por un lado, la importación de productos a precios más bajos podría satisfacer la creciente demanda interna, pero por otro lado, esta medida podría poner en peligro a los productores nacionales, que ya atraviesan un panorama difícil. Según datos recientes proporcionados por la Fundación Pro Tejer, el 70 % de las empresas del sector textil experimentaron una caída en sus ventas, mientras que el 35 % se vio obligada a recortar personal.

Es clave afirmar que la problemática es multifactorial: El sector textil argentino no solo enfrenta dificultades económicas, sino también serias cuestiones laborales y ambientales. Un porcentaje significativo de los trabajadores de la industria (cerca del 60 %) se encuentra en condiciones laborales irregulares, sin acceso a condiciones básicas, lo que agrava aún más la precariedad del sector. Además, muchas fábricas operan en condiciones edilicias deficientes, lo que repercute en la calidad del trabajo y el bienestar de los empleados.

El costo de producción, sumado a la falta de acceso a insumos importados debido a restricciones previas, ha colocado a los productores nacionales en una situación de vulnerabilidad. La reciente apertura de importaciones, aunque limitada, podría ofrecerles una oportunidad para acceder a materiales más baratos, pero a costa de una mayor competencia con productos extranjeros.

¿Cómo impacta en la producción local?

Si bien la medida busca flexibilizar el acceso a ciertos productos esenciales, también plantea un desafío para la industria local. Las importaciones más baratas tienden a generar una mayor demanda, pero en un contexto de crisis económica con bajos salarios y un mercado con menos poder adquisitivo, la competencia se vuelve desigual. A nivel local, la industria textil enfrenta un escenario de incertidumbre, con perspectivas de continuar la caída en ventas y empleo en los próximos años.

En 2025, el 80 % de las empresas textiles no planean realizar nuevas inversiones debido a la crisis económica, lo que genera aún más dudas sobre la viabilidad de la producción local. La relación entre importaciones y producción nacional se torna cada vez más desequilibrada, mientras que la industria local lucha por mantenerse a flote.

El futuro de la industria textil argentina dependerá de cómo se gestionen estos desafíos. A medida que las importaciones crecen, es probable que la producción local continúe enfrentando un panorama complicado. Es urgente encontrar soluciones que fortalezcan a los productores nacionales, promoviendo políticas que equilibren la competencia y favorezcan un crecimiento sostenido de la industria local, sin descuidar los aspectos ambientales y laborales que lamentablemente, la sigue caracterizando.

 

Fuentes:

 

https://www.ambito.com/economia/sector-textil-70-las-empresas-tuvo-caida-ventas-y-casi-la-mitad-recorto-puestos-trabajo-n6092993

 

https://www.perfil.com/noticias/modo-fontevecchia/industria-textil-por-la-crisis-el-80-de-las-empresas-no-realizara-inversiones-en-2024-modof.phtml

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipi_manufacturero_09_242917F5301B.pdf

 

https://pe.fashionnetwork.com/news/La-industria-textil-argentina-cierra-2024-con-indicadores-de-desempeno-negativos,1686995.html#ami-alexandre-mattiussi