Por: Ileana Gonzalez
Roxana Amarilla comienza su texto “Botones pastelito” relatando la historia de un reconocido soguero y trenzador argentino invitado a trabajar en la colección de un diseñador. En él, no sólo aportó las técnicas y dominio de la materialidad sino también de la morfología. Finalizado su trabajo, recibió la paga correspondiente. Cuando las piezas vieron la luz, en él figuraba: “materiales y cultura local, técnicas ancestrales y formato colaborativo”. Pero faltaba lo más importante, su nombre no aparecía en los créditos de la colección.
El rol del diseñador se ha basado en ser la mente creativa detrás de todas las creaciones, existiendo una necesidad de reconocimiento y de admiración por ello. Pero todos tienen sus limitaciones y muchas veces ello y principalmente la humildad, son olvidadas detrás de un disfraz de “inspiración” que lleva su nombre. Es donde se incurre a invisibilizar al artesano o tejedor, desvalorizando y aduñándose de un conocimiento ancestral y una habilidad técnica que difícilmente sea dominado por el común de la gente. Es ahí donde se genera, a fin de cuentas, una alianza proveedor y diseñador.
Mochacó: una apuesta por reconocer al artesano
Mochacó es una marca sostenible de bolsos y zapatos que surge en el 2019, luego de vivenciar como las redes de pesca de la Patagonia se enviaban a reciclar a China y volvían hechos productos. A partir de ello, se dieron cuenta que podían aplicar una economía circular, donde una parte del dinero recircule dentro del territorio. Supieron ver que para hacer esto posible, debían apostar por la artesanía local, tanto por su significado cultural, como por sus habilidades técnicas y creativas.
“String Bag” hecha a mano a partir de redes acuícolas descartadas y cuerdas con que vienen empacadas.
Producto manufacturado por Eliana Gómez, artesana de Puerto Montt, Región de Los Lagos. Créditos:@mochacobags
“En el desarrollo de un producto siempre participa una artesana, según su oficio, en el rol de ‘artesana principal’. Vamos experimentando con las materias primas, prototipando y probando ideas. Aunque la verdadera inspiración llega en otros momentos”, expresan.
Siendo una marca que no sólo apuesta por lo ambiental, utilizando como materia prima principal las redes de pesca, incorporan lo económico, a través del comercio justo y la transparencia, siendo éstos parte de su filosofía y considerados pilares fundamentales. Para ello, utilizan el modelo 1:1, esto quiere decir que, las utilidades de Mochacó por cada producto comercializado es igual a los honorarios de la artesana que lo manufacturó.
“Marketbag XL” hecho a mano a partir de redes acuícolas descartadas y algodón. Manufacturado por Sandra Morales,
artesana de Puelo y Eliana Pacheco, artesana de Cochamó, Región de los Lagos. Créditos: @mochacobags
Finalmente, incorporan el factor más importante, usualmente olvidado: la cultura y el reconocimiento de este patrimonio.
“Los artesanos son los embajadores culturales de cada territorio. Son los eslabones clave para conectar con cada comunidad y su historia. Los artesanos añoran la identidad, a sus ancestros y en su oficio los traen aquí con nosotros. Es gracias a ellos que hoy podemos desarrollar colecciones que nos entrelazan con la historia local, tejiendo memorias y recuerdos en el presente para sembrar un hito para el futuro. Su labor y sus memorias generan una representación transversal que llega a las organizaciones, empresas, festivales de música, arte, moda, gobiernos locales, a todos, y nos reúne en este desafío de articular territorios y comunidades resilientes para mostrarle al mundo que en la Patagonia podemos hacer cosas totalmente originales a partir del conocimiento compartido” concluye Mochacó.
Mochacó unido a la campaña de Fashion Revolution: ¿Quién hizo mi ropa?
En la imagen aparece Eliana Gómez, artesana de Puerto Montt.
Créditos: @mochacobags
Tanto como expresa Amarilla: “Tratar al artesano como un socio creativo, no como un trabajador calificado”, como Mochacó, a través de su desarrollo de productos y sus valores, nos hace creer que es posible un mundo donde diseñadores y artesanos o tejedores compartan su conocimiento, sean colaboradores creativos, donde el reconocimiento y la valoración estén al orden del día.
Referencias
Amarilla, R. Botones Pastelito. Santiago de Chile, 2019. Revista Chilena de Diseño: creación y pensamiento, volumen 4, número 7, noviembre, pp. 1-3.