Por Cristina Rivas
“Las dinámicas de consumo están representadas en la sociedad como un medio de existencia, en realidad todos los puntos de consumo nos hacen ser visibles en una sociedad, el ser validadores”, Andrés Astudillo.
En una reciente entrevista, el diseñador de moda colombiano Andrés Astudillo, experto en mercado y comunicación de la moda y con una Maestría en Comportamiento del Consumidor, compartió su visión sobre cómo frenar el consumismo y avanzar hacia una industria más sostenible. Para él, el cambio comienza con la educación del consumidor y la responsabilidad de las marcas en adoptar prácticas más éticas.
Repensar el consumo: menos cantidad, más calidad
Astudillo enfatiza que la clave para evitar el consumismo radica en “cuestionar la necesidad de cada compra y priorizar la calidad sobre la cantidad”. Frente a la cultura de la moda rápida, que impulsa el consumo masivo y desechable, el diseñador sugiere optar por prendas versátiles y de larga duración. “Si una prenda se puede usar en múltiples ocasiones y temporadas, su impacto ambiental se reduce considerablemente”, explica.
Además, insiste en que las marcas deben asumir su rol en esta transformación. “Las empresas no pueden seguir produciendo sin pensar en las consecuencias. El modelo lineal de fabricar, vender y desechar está obsoleto. Es momento de apostar por la economía circular y la moda responsable”, afirmó.
Materiales sostenibles e innovación
Astudillo subraya que uno de los aspectos más urgentes para la industria es la innovación en materiales. “La obsolescencia programada es este mecanismo que tenemos para que todo se dañe porque ya está previamente establecido”, señala.
El informe Making Sense of Sustainability de Launchmetrics respalda esta idea, destacando que cada vez más marcas están integrando procesos sostenibles en su producción y que el interés del público por estos temas ha crecido exponencialmente. Según el informe, las conversaciones en torno a la sostenibilidad en la moda generaron 618 millones de dólares en valor mediático solo en el primer semestre de 2022, lo que demuestra que es un tema cada vez más relevante para consumidores y marcas.
La importancia de la educación y la transparencia
Para Astudillo, la educación es el motor del cambio. “Si las personas no saben el impacto que tiene su ropa en el medio ambiente, seguirán consumiendo sin control”, advierte. Por eso, considera clave que tanto diseñadores como consumidores se informen sobre prácticas sostenibles y aprendan a tomar decisiones más conscientes.
En este sentido, el magíster destaca el poder de la transparencia: “Las marcas deben comunicar claramente de dónde provienen sus materiales, quién fabrica la ropa y en qué condiciones. Solo así podremos generar confianza y cambiar el sistema”.
El informe de Launchmetrics refuerza esta idea, indicando que las redes sociales juegan un papel crucial en la educación del consumidor. De hecho, el 21% de los consumidores usa estas plataformas para informarse sobre la sostenibilidad de las marcas, especialmente los menores de 35 años, quienes confían en reseñas y contenido de influencers para tomar decisiones de compra.
Un futuro sostenible es posible
Astudillo concluye que la moda sostenible no es una tendencia pasajera, sino una necesidad urgente. “El futuro de la moda depende de nuestras decisiones hoy. Si aprendemos a consumir de manera responsable y exigimos a las marcas mayor transparencia y sostenibilidad, podremos construir una industria que respete tanto a las personas como al planeta”, afirma.
Sus palabras reflejan una realidad innegable: el cambio hacia una moda más ética y responsable no solo es posible, sino imprescindible. La combinación de consumidores informados, diseñadores comprometidos e industrias responsables marcará el rumbo hacia un futuro más sostenible.
Fuentes: