Por Belén Villalobos/ Periodista colaboradora de universo MOLA

 

¿Cómo están cuidando el agua y el océano las empresas textiles, sin afectar sus economías?

En el mundo aproximadamente se usan 70 millones de barriles de petróleo para el proceso de confección de ropa en el mundo. Para ser más exactos, el agua que se ocupa solo para producir una prenda es la misma cantidad que bebe un ser humano entre 10 y 20 años.

El Fast Fashion es realmente preocupante, ya que son 62 millones de toneladas de ropa que se confeccionan para solo comprar, lucir y botar, ya que un gran porcentaje de las prendas terminan en vertederos y basurales produciendo contaminación en el aire y el suelo.

¿Cómo lo están haciendo hoy las empresas?

Ya son varias las que se pusieron en marcha a practicar este modelo de producción en donde las personas pasaron de comprar prendas por temporada (otoño-invierno, primavera-verano) a comprar semanalmente los recambios de las tiendas (se llegó a contabilizar que existen más de 52 colecciones al año).

Por ello, muchos empresarios, creadores y miembros de la cadena de producción y consumo de moda, con ayuda de organizaciones importantes se están desplazando hacía modelos comerciales más sostenibles y que vayan en pro con la ayuda al medio ambiente.

Un ejemplo claro, es ADIDAS cuando lanzó sus primeras zapatillas EQT Support ADV, creados enteramente con desechos plásticos reciclados de los océanos. Con esto lograron convertirse en ser un ejemplo y convertirse en ser el primer referente en innovar con la sostenible.

Muchas marcas han cambiado sus materiales a la hora de confeccionar nuevas colecciones, una de las más recientes innovaciones de este sector es la de los biopolímeros. “Es el caso de telas en poliamida hechas a partir de aceite de ricino o de almidón de maíz que muchas marcas han adoptado para la creación de ropa.  También se han empezado a usar las telas sintéticas recicladas o lino.

Hay técnicas en donde se retrabaja las prendas de manera más inteligente, por ejemplo, se toma la prenda y se reutiliza de otra manera, con esto no se pierde y alguien más la puede volver a utilizar. Una estrategia que muestra cómo las marcas están dando diferentes pasos para hacerse más responsables, mientras logran transformarse de manera más completa sin afectar su economía.

Para lograr la sostenibilidad en el mundo es necesario que se tengan en cuenta todos los niveles económico, social y medio ambiental. Por ello, surge el desarrollo sostenible que es la forma en que un sistema se vuelve sostenible a largo plazo en todos sus aspectos, para satisfacer las necesidades actuales y futuras de la sociedad, pero sin destruir el ecosistema.

Vivimos en un mundo de constantes cambios demográficos, tecnológicos y económicos. Desarrollo implica cambio, un cambio gradual y direccional. Por ello, se ha creado el término de desarrollo sostenible, como una idea para asegurar que estos cambios se produzcan de una forma que mejoren la condición humana.

Hoy en día, Zara, H&M, Levis y entre otras marcas que tienen historia siguen vigentes, ya que sacan colecciones con jeans o algodón más sustentables, de forma que en sus etiquetas las incorporan, para que así el consumidor sepa que esa prenda ayuda al medio ambiente.

La velocidad y el tamaño de estos cambios es una creciente conectividad de los sistemas naturales y sociales, la complejidad de las sociedades y el impacto que tiene para el ecosistema, hacen que el desarrollo sostenible también se centre en aumentar la capacidad de la sociedad de hacer frente a esta situación de constante transformación para las empresas.