Por Paz Coliguante
La moda está viviendo un cambio profundo en su enfoque hacia la diversidad, la equidad y la inclusión.Los diseñadores emergentes incluyen estas temáticas como núcleo de sus marcas, desafiando las normas de género con colecciones mixtas que permiten a las personas expresar su identidad más allá de los estereotipos tradicionales. Esta nueva visión de la moda se conoce como DEI por las iniciales de Diversidad, equidad e inclusión. Ésta perspectiva no solo refleja una apuesta estética, sino una transformación fundamental hacia la inclusión de todas las identidades.
Los usuarios, cada vez más conscientes de los problemas sociales, buscan marcas que promuevan valores de inclusión, lo que también se refleja en sus decisiones de compra. Un estudio de McKinsey (2022) muestra que dos de cada tres consumidores en EE. UU. basan sus compras en los valores sociales de las marcas. Además, los anuncios que muestran diversidad incrementan la probabilidad de compra en un 64%.
Si hablamos de estadísticas, las marcas que toman esta decisión no solo mejoran su reputación, sino que se posicionan como líderes en un mercado competitivo. Es importante hacer un punto aquí: en la mayoría de los casos, las marcas que adoptan como bandera las temáticas relacionadas a la inclusión, a las luchas sociales o aquellas relacionadas con la sostenibilidad, terminan rozando el concepto de greenwashing,entendiéndose como tal, a las estrategias publicitarias que emulan un compromiso social o sostenible cuando realmente no lo llevan adelante hacia el interior de las marcas.
No obstante, el futuro es esperanzador si entendemos a la moda como un sistema que observa las temáticas que ocurren en el mundo, dialoga con ellas y entrega al mundo aquello que interpreta, desde una mirada creativa y productiva, a fin de promover la identificación con los usuarios. No es casual que en una era en la que las luchas por los derechos de las mujeres, la comunidad LGBTIQ+, el cambio climático, entre otras, son temáticas que los diseñadores y las marcas se nutren para desarrollar sus colecciones. Las marcas que promuevan estos valores estarán mejor posicionadas para atraer a una base de clientes más amplia y obtener la certificación sostenible necesaria para demostrar su compromiso. Ignorar la DEI puede poner en riesgo tanto la reputación como el crecimiento de las marcas en un mundo que exige mayor responsabilidad social.
En conclusión, la moda sostenible debe priorizar la diversidad, la equidad y la inclusión como componentes esenciales. No es solo una estrategia ética, sino una inversión inteligente que contribuirá a un futuro más justo, innovador y próspero para la industria de la moda.
Fuentes:
https://www.vogue.mx/moda/articulo/el-futuro-de-la-moda-segun-cuatro-disenadores-emergentes
https://globalmeasure.org/dei-sustainable-fashion/