Por Tirzah Rezende
Brasil se ha revelado como uno de los mayores solicitantes del sello Empresa B con mejores prácticas sociales, ambientales y de gobernanza, así como también la forma transparente de comunicar sus compromisos públicos, según última lista publicada por Best For The World™, red global de Empresas B o empresas B Corp que buscan intercambiar mejores prácticas y explorar oportunidades de colaboración hacia un impacto colectivo positivo.
Complementando el sistema de combate al greenwashing en Brasil, según la periodista y especialista en moda sostenible, Julia Codogno, tenemos otras herramientas de fiscalización legal para frenar esta práctica. El Código de Protección al Consumidor (Código de Defesa do Consumidor, en portugués) es el primer ejemplo.
«Actualmente bastante consolidado, sirve de base para posibles regulaciones y establece que revelar información que conduzca a un error en el momento de la compra también está sujeto a sanción, que incluye la práctica en el sector textil», afirma.
Codogno también destacó la app «Moda Livre», que evalúa la implicación de marcas de ropa en el trabajo esclavo. Por el momento, siguiendo el mismo propósito, están los informes de sostenibilidad obligatorios para las empresas que cotizan en bolsa, generando mayor articulación e implementación de mejores prácticas y evidencia de las mismas.
Estamos cansados de ver, por ejemplo, contenedores de residuos de ropa repartidos por grandes retailers, como H&M, a cambio de cupones de descuento y prendas con etiquetas que indican que están fabricadas 100% con tejidos reciclados. Pero ¿cómo funciona este proceso?
Sin mucho misterio, la respuesta es a través de la educación y la información que aclararemos los prejuicios detrás de escena en la industria textil. Enfrentar el greenwashing significa prestar atención al proceso de transparencia en todas las etapas de la cadena de valor de las principales marcas y empresas de moda.
Términos como: sostenible, duradero, orgánico, ecológico, ético, reciclado, upcycling, vintage, artesanal, natural, biológico, hecho a mano, producción local (o producto brasileño), libre de químicos, original, comercio justo, circular, manual, confunden al consumidor, incluidos aquellos que quieren ser más responsables.
Estas son algunas alertas y herramientas que se utilizan en Brasil para combatir el greenwashing, táctica que representa la acción de empresas que desean actuar de mala fe y engañar a los consumidores sobre sus prácticas reales e impactos en el medio ambiente.