Como todas las transformaciones que se producen en el seno de la sociedad, la moda sostenible ha tenido que sortear más de un obstáculo para lograr el puesto que tiene hoy en una parte cada vez más significativa de la colectividad. Se ha abierto camino en la industria de la moda como una alternativa a las producciones explotadoras y contaminantes. Por todo esto, es un punto de encuentro para ecologistas, humanistas y fashionistas.
Moda sostenible: un desafío que vale la pena enfrentar
Para nadie es un secreto que transitar el camino de la moda sostenible no es una tarea sencilla. Nos presenta retos que hacen a muchos flaquear y rendirse ante las grandes cadenas de moda. Sin embargo, si se mantiene el enfoque en los beneficios que nos ofrece esta forma de vestir y el aporte que damos a la industria, es fácil recuperar la determinación. Y como siempre que surge una nueva corriente, los primeros en adaptarse a esta son los más beneficiados. Importantes sastrerías han sabido incluir materiales sustentables en la confección de prendas de alta costura, lo cual representa un nuevo nivel para la moda sostenible.
Ciertamente, poder disfrutar de ropa hecha a la medida o de prendas personalizadas era algo a lo que no todos tenían acceso, o al menos no en el mundo sostenible. Hoy podemos ver que esas barreras poco a poco se van haciendo más débiles. Todo gracias a la fuerza que ha cobrado la concientización sobre la industria de la moda tradicional.
Los retos para el comprador (y sus soluciones)
Como todo lo que se presenta como una alternativa a un modelo establecido, la moda sostenible ofrece retos a los que debemos enfrentarnos. Estos retos o dificultades pueden poner a prueba nuestro compromiso con la causa de la sostenibilidad. Pero una vez que se aprende a sortearlos, se descubre que se puede disfrutar de los beneficios de usar productos sostenibles, y eso produce una gran satisfacción.
- La adicción a las compras
Para los que suelen comprar ropa cada vez que salen de paseo, mantenerse firmes en elegir prendas sostenibles puede ser un verdadero reto. Lamentablemente, las alternativas sostenibles no son tan comunes como las del fast fashion. Es por eso que debemos aprender a controlar nuestro impulso de comprar todo lo que se nos pase por delante. Y, aunque no sea fácil, obligarnos a hacer una elección inteligente y con sentido.
- Compras de emergencia
Con relación al punto anterior, a veces se nos presentan ocasiones en las que necesitamos una prenda específica con urgencia. Un vestido formal para un evento de último minuto o un traje para una entrevista de trabajo. El poco tiempo disponible para conseguir la prenda puede llevarnos a caer en una elección no sostenible. Para estos casos, siempre podemos pedirle prestada la prenda a algún amigo o comprarla en una tienda de segunda mano, así alargamos la vida útil de la prenda y reducimos el desperdicio.
- Variedad de opciones
La moda sostenible nos ofrece muchas opciones que podemos aprovechar, tanto en modelos como en estilos de las prendas. Sin embargo, está lejos de poder competir con la oferta del fast fashion. Ciertamente, el proceso de creación de una prenda sostenible requiere de más tiempo, dedicación e inversión por parte de la industria. Esto sin mencionar que la ropa sustentable es más costosa que la comercializada masivamente. Sin embargo, por ser una alternativa revolucionaria, siempre podemos encontrar opciones llamativas y únicas. Además, aprendiendo a combinar bien tus prendas, podrás crear un sin número de combinaciones, todas libres de la explotación de la mano de obra o de la contaminación.
Como habrás notado, la moda sostenible ha superado muchos obstáculos en pro de una nueva forma de ver la ropa, pero aún falta mucho por recorrer. Para poder garantizar que este movimiento siga cobrando fuerza, es necesario mantener nuestro compromiso y convencernos cada día de que estamos usando lo correcto. Una prenda a la vez.