Escrito por: Noticias de Universo MOLA
Por Bianca Pasqualini, Colaboradora Argentina
Nuestros hábitos están cambiando, no hay duda de eso. Desde la forma en que comemos y producimos nuestros alimentos 一muchas personas, por ejemplo, han inaugurado su propia huerta en casa durante la pandemia一 hasta la forma en que nos vestimos. Se están esparciendo nuevas maneras de vivir el día a día en equilibrio con el medioambiente y la sociedad.
Los caminos hacia una vida más sostenible no son instantáneos ni únicos, y tampoco cuentan con un manual a seguir. Son procesos colectivos de aprendizaje, donde continuamente se reescriben las reglas y se descubren nuevas posibilidades. Estamos constantemente aprendiendo; perfeccionando; detectando fallas, dificultades y mejoras. Y tal vez la mejor prueba de esto es el mundo de la moda.
Muchas veces caemos en el error de pensar que para lograr un armario sostenible es necesario comprar en marcas ecológicas o en tiendas de segunda mano. Y sí, son efectivamente dos posibilidades, pero desde luego que no son las únicas. Primero y principal, es importante cuidar aquello que tenemos porque como dice esa célebre frase del movimiento Fashion Revolution: “la prenda más sostenible es aquella que ya está en nuestro armario”.
Cuidar de nuestras prendas es enmendarlas cuando se rompen, haciendo uso del viejo par “hilo y aguja”, que muchos parecen haber olvidado. Cuidarlas significa asegurarles una larga vida, no sólo reparándolas, sino también encontrándoles un nuevo dueño cuando nosotros ya no podemos vestirlas. Y para esto uno puede hacer uso, por ejemplo, del swapping o intercambio de prendas.
Otras veces sólo hace falta un poco de creatividad y un tutorial para transformarlas en algo completamente nuevo. Una tarea que lleva el nombre de Upcycling y que nos permite readaptar la ropa a nuestro estilo y a nuestra talla, sin necesidad de comprar nuevos productos ni de malgastar recursos naturales.
Así como nos preocupamos por aquello con lo que alimentamos nuestro cuerpo, también nos tiene que importar aquello con lo que lo protegemos. La moda, además, no sólo nos escuda, también comunica. Y el mensaje hoy en día es claro: no hay futuro sin sustentabilidad.
Las vías hacia un ropero sustentable son muchas y diversas, pero todas merecen ser exploradas: desde comprar en marcas locales y ecológicas hasta revolver el armario de la abuela en busca de tesoros vintage; desde desmenuzar una prenda para luego resignificarla hasta intercambiar ropa con nuestros propios hermanos y amigos.
Un armario sostenible es aquel que no sigue tendencias. Es aquel que guarda prendas de buena calidad y atemporales; prendas amadas por una o más personas. Es aquel que custodia la ropa que da felicidad no sólo a quien hoy la viste sino a aquel que ayer la hizo. Es aquel que no tiene lugar para lo innecesario ni lo efímero. Es aquel que no tiene principio ni final porque es circular, porque se transforma. Es aquel que no tiene miedo de experimentar pero que a su vez guarda un lugar para lo pasado.