María Sybilla Sorondo Myelzwynska, conocida en el mundo de la moda como Sybilla, nació en Nueva York, en 1963, de donde se trasladó a España a los 6 años, pues su padre era parte del cuerpo diplomático argentino. Su madre polaca, era una mujer apasionada que le inculcó a su hija su amor por las artes.

Sybilla, ha sido ganadora de reconocimientos tan prestigiosos como el Premio Nacional de Diseño de Moda 2015, y merecedora de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en España.

Desde joven comenzó a confeccionar trajes, orientada por la modista que trabajaba en su casa, siempre creativa, asimilaba y plasmaba en ellos lo que veía en las tiendas, hasta que a los 17 años se traslada a París, donde trabajó en el taller de costura con Yves Saint Laurent. Un año después, su espíritu rebelde comenzó a notar que no le gustaba la maquinaria del mundo de la alta costura, y con 19 años regresa a la plena efervescencia de la Movida Madrileña, con todas las ganas de beberse el ambiente irreverente de la época.

Alma rebelde y creativa

Sybilla decidió que quería hacer moda a su manera, por lo que abrió su propio taller y diseñó trajes personalizados, primero para sus amigos y luego para listas de exclusivos. Se le conoce por sus interminables paseos por el Rastro Madrileño, donde se detenía por horas entre los puestos de este reconocido mercado popular, buscando inspiración, y aquellas raras avis, viejas telas o modelos “vintage” de los cuales sacar de nuevo partido, Sybilla siempre ha tenido un afán de recuperar aquello que pudiera tener una nueva vida.

Con el tiempo y su toque personal, logró obtener un creciente éxito, llegando a la cúspide del mundo de la alta costura, presentando sus colecciones en las reconocidas pasarelas de Milán y París. Las complejas y novedosas técnicas que utilizó en sus prendas, la evolución cromática de sus colecciones, su escogencia de tejidos, la hacen estar a la par de los grandes couturières de la historia de la moda.

De alma rebelde, pero con un carácter apacible, se vio agobiada por el ritmo frenético que estaba tomando la moda occidental, ello la llevó a retirarse de las pasarelas, por primera vez a finales del siglo pasado, para tomar un tiempo de reflexión personal. En su refugio mallorquín de esos años, se dedicó a crear un centro de estudios dedicado a la sostenibilidad y la transformación social.

Vuelta a las pasarelas a inicios del siglo XXI, logró vender su marca a inversores internacionales, logrando un gran éxito en el mercado Japonés. A consecuencia de desavenencias con los inversores que habían comenzado a dirigir su empresa, Sybilla hizo su segunda retirada en 2004.

Siempre ha buscado ofrecer una moda que hiciera que la prenda se revalorizara con el tiempo, que fuera una inversión, una respuesta favorable a eso que buscan las clientas. Su moda está compuesta de prendas básicas, prácticas y útiles, con patrones muy cuidados y materiales de excelente calidad, y de ser posible orgánicos o regenerados. Prendas hechas para durar diseñadas en colores que levanten el ánimo, apoyando a empresas pequeñas con un positivo impacto social y medioambiental.

Comprometida con el medio ambiente

Pero lo más interesante de Sybilla es que cuando la sostenibilidad no era una moda, ella ya tenía presente su compromiso con el medio ambiente. Siempre ha tenido una sensibilidad especial hacia el reciclaje de antiguas prendas, y por ello cuando ni se pensaba en diseño regenerativo, ella ya buscaba en viejos almacenes de telas o en los puestos del Rastro madrileño, viejos retazos para darles una nueva vida.

Su compromiso ambiental la ha llevado a participar en iniciativas como Tierra, Alma y Sociedad, la Fundación Fabrics For Freedom o Educación por la Vida, todas empresas sociales dedicadas a la búsqueda de soluciones para conseguir volver al equilibrio vital, y que logren sensibilizar a la industria textil sobre el consumo de tejidos responsables.

En 2014, fecha de su último regreso, mostró toda su preocupación por el bienestar social y medioambiental, al presentar colecciones realizadas en colaboración con pequeñas empresas que igualmente estaban preocupadas por el impacto que sus productos generan, y con el objetivo de sensibilizar a la sociedad de la importancia de un nuevo modelo de consumo «más responsable».

Sybilla quiere que sus planes de moda estén en concordancia con aquellos proyectos regenerativos y de impacto socioambiental positivo en los cuales participa, como por ejemplo una colección de pelo de llama en Argentina, kilims para Nani Marquina, prendas de cashemere mongol, así como una colaboración con Ecoalf, una firma española de moda sostenible.

Incansable amante de la moda, Sybilla sigue produciendo sus diseños en líneas prêt-à-porter, de complementos y decoración, en exclusividad para el mercado Japonés en más de 40 puntos de venta.

Su trayectoria en el mundo de la moda ha sido reflejado este año en una gran exposición llamada “Sybilla el hilo invisible” realizada en la sala del Canal Isabel II de Madrid.