Escrito por: Noticias de Universo MOLA

Por Lina Bermeo, Tarpui.

RECOPILADO DEL SEMINARIO ACADÉMICO DE MODA SOSTENIBLE, BOGOTÁ, 2019.

El fenómeno del fast fashion o moda rápida:

El consumidor promedio no conoce o es indiferente a los segmentos que se generan y los juiciosos estudios que se hacen a cada uno de los comportamientos de compra, los cuales a nivel global han arrojado varios fenómenos entre ellos la democratización de la moda y el fast fashión que propende por la producción en serie y a bajo costo de prendas y accesorios, que si bien son accesibles, duran pocas semanas a las que sobrevienen  nuevas colecciones de prendas una tras otra, pasando al olvido rápidamente la anterior. 

Algunas cifras de la moda rápida

  • 23 de abril de 2013. Complejo fabril Rana Plaza, en las afueras de Dhaka (Bangladesh)
  • Declarada por la ONU en 2018 como  emergencia medio ambiental.
  • 1.127 personas murieron y 2.437 heridos en el derrumbe de Rana Plaza en Bangladesh en 2013.
  • Segunda industria más contaminante después de la petrolera.
  • 150.000 millones de prendas se confeccionan al año.
  • 12 horas diarias de trabajo cumplen sus confeccionistas.
  • 1.5 toneladas de CO2 se emiten por cada hogar en procesos de lavado de las prendas.
  • 20% emisiones de aguas residuales tóxicas que llegan a ríos y mares.
  • 1.400 camisetas son desechadas por minuto.
  • 500 toneladas diarias de ropa son desechadas solo en Bogotá
  • 2 mil toneladas de químicos son usados para procesos de tinción.
  • 10% de emisiones de CO2 emite toda la cadena de producción de la moda rápida; más que todos los vuelos y envíos marítimos a nivel global.
  • 80 (USD) equivalentes a $264.000 pesos colombianos, es el salario mensual de quienes confeccionan moda rápida en el Sudeste Asiático.
  • 2.700 litros agua, equivalentes a 2.5 años de consumo de un humano, se usan en la producción de 1 camiseta de algodón.
    10.000 litros de agua por cada kilo de algodón se usan para la producción de 1 solo jean.

(Cifras tomadas de: https://ilquartierevalencia.com/coste-real-la-fast-fashion-te-lo-explicamos-paso-paso/ https://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/industria-de-fast-fashion-esta-en-una-emergencia-ambiental-onu-articulo-74413) @larepublica_co

Solo 6 de cada 100 Colombianos consume Moda Sostenible

Imagen tomada de: http://m.madaish.com/imartinezcor/el-marketing-en-moda-sostenible

Desarrollo del emprendimiento

Los caminos y el andar son como los tejidos: entrelazados, horizontales, diagonales, verticales y cargados de historias.

Los inicios comerciales de la marca estuvieron encaminados hacia la alta moda, trajes hechos a la medida y el desarrollo de prendas con ocasión especial, lo que marcó un impacto a nivel de técnica y trabajo a mano, inquietud con la que ya venía Lina Bermeo la directora creativa de TARPUI.

La laboriosidad en cada pieza y tomando como base, el bordado, drapeado y corte de piezas únicas fueron las características de casi 8 años de trabajo. 

 Hubo un punto de encuentro entre moda y sostenibilidad durante este trabajo, se decide hacer un alto en el camino e iniciar una introspección que permite tomar otros caminos, más sintonizados con un sentir y búsqueda personal hacia una vida y consumo más natural, responsable.

Introspección-cohesión-Labor

Inicia un proceso de reconocimiento, identificar frente a las experiencias, recuerdos, valores y deseos, que pasión mueve el camino en adelante, allí se encuentran el amor por el “hacer” las artesanías, los oficios, la naturaleza, los textiles, los tintes naturales. Todas estas convergencias es necesario empezar a conocerlas a fondo para poder hacer un proceso de introspección que permita reconocer dentro de todo ese universo como puede cohesionarse con el diseño y el vestuario y es en ese reconocer donde se puede empezar a colaborar con diferentes personas y comunidades para llevar a cabo nuevos proyectos, limitando claro está hasta donde puede ir el diseño sin apropiación de lo cultural o de un entorno especifico. 

Encuentros maravillosos 

Iniciamos la búsqueda por los entornos más cercanos, Cundinamarca donde encontramos artesanas como Marcela, Doña Flor, Doña Martha y otras más dedicadas a la producción de lana y artículos con esta fibra que es permite ser hilada, cardada, tejida o fieltrada con innumerables posibilidades, pasamos por Boyacá tierra de mantas donde la versatilidad en tejidos es asombrosa, el cedazo como cultura en Tota y donde la lana es la principal materia prima de sus piezas de artesanía para vestir. 

Santander con su riqueza algodonera y en fique, preserva un trabajo precolombino pasamos por el museo del algodón y encontramos mujeres maravillosas allí Doña Graciaela, Martica y otras tantas, cada día rescatan un oficio que va perdiendo vigencia pero que ellas pretender dejar legado a sus familiares y otras mujeres para que continúen la labor. 

 Risaralda con su trabajo maravilloso de la seda, desde el cultivo de la morera hasta el acabado de prendas que tienen un brillo especial y todo el amor de manos artesanas dedicadas a este tejido maravilloso, allí hay un trabajo importante ya que tiñen sus textiles con tintes químicos, donde podría ser una excelente oportunidad para rescatar el teñido con tinturas naturales que darían un valor agregado al tejido artesanal.

En el Cesar Melvis y sus compañeras artesanas , en la junta Don Javier y su grupo fiquero, en la Guajira artesanas excepcionales que trabajan el fique desde el cultivo del maguey penca proveniente de México y culturas pre colombinas Aztecas, la cual conserva un mito de amores y odios entre dioses y sus hijos.

Esta fibra rustica pero noble al mismo tiempo tiene un gran potencial de trabajo a nivel textil, ya hay investigaciones que conocimos en el congreso de fibras naturales en San Gil donde la Universidad de Bucaramanga ha cottonizado la fibra para experimentar textiles similares al Jean, con un potencial increíble a nivel de sostenibilidad ambiental, económica, social y cultural.

En las faldas de la Sierra Nevada maestras artesanas Kankuamas, entre ellas la maestra Aura Rosa, conservan sus tradiciones con la lana, el fique, los tejidos y las plantas, juntando estos elementos desarrollan productos y proyectos productivos que permiten un desarrollo de trabajo excepcional preservando tradiciones culturales de su zona.  

Manos a la obra.

Entendiendo un poco y decimos que un poco en el sentido de que el arte del trabajo a mano, la artesanía o los oficios en general, son diversos a lo largo y ancho del país, el recorrido ha sido mínimo con respecto a la cantidad de comunidades que existe en cada territorio nacional. Decidimos explorar individualmente algunas técnicas de tejidos para entender su composición y complejidad, no con el ánimo de hacer una representación sino  más bien con el ánimo de darle forma a un lienzo que atenúa los pensamientos y ordena el caos de hilos, marañas y saberes.

Participamos entonces en talleres de tejido en telar vertical y horizontal, talleres de fieltro de lana, talleres de tintes naturales vegetales y allí en los tintes nos hemos quedado, porque es un saber ancestral en el que convergen la botánica, la química, la alquimia, la cosmogonía, la luna, la tierra y hasta el humor de quien extrae el color, este fue un encuentro fantástico y es ahora uno de los caminos más buscados en este recorrido.

T A R P U I  -“Sembrar” en lengua Quechua, Tarpui, palabra de la comunidad Inga del valle de Sibundoy quienes comparten territorio con la comunidad Kamentsa . Este territorio sagrado, indígena, ancestral, tiene un patrimonio cultural maravilloso, resguardan su seguridad alimentaria, sus tradiciones, culturales y artesanales.

Tomamos con mucho respeto de su lengua la palabra sembrar porque refiere al acto de dejar la semilla para cuidar y después cosechar. 

Queremos sembrar, dejar la semilla de un recorrido muy íntimo a nivel nacional, de encuentros maravillosos y aprendizajes que nos abren las puertas a más lugares por recorrer. Creemos que a través de Tarpui podemos vivir y vestir sin apuro, más consciente, entendiendo que los oficios, la naturaleza y las fibras aquí convergen.

Manos a la obra.

Mujeres y hombres artesanos, dejando huella entre hilos,fibras, historias, mantas y colores.

Los procesos y las fibras que nos acompañan:

El recorrido a través de lugares e historias nos ha permitido entender la nobleza de cada material, como podemos adecuarlo a cápsulas de vestuario de moda sostenible que sean atemporales, unisex y versátiles, sin dejar a un lado el cuidado por quienes están detrás desarrollándolos, el impacto medio ambiental y la razón de ser de que no es otra que vestir lento , vivir sin apuro.

Hemos desarrollado piezas únicas en seda de Risaralda, Lana de Boyacá y Cundinamarca, Algodón agroecológico de Santander, Accesorios en Fique de La Guajira y algunas otras piezas en textiles recuperados de fibras como algodón y lino. 

El proceso de color con materiales tintóreos se desarrolla bajo la premisa del cuidado del agua, intentamos en lo posible con aguas lluvias para lo que necesitamos un promedio de unos 5 a 8 litros de agua para 5 metros de textil para lavado, pre-mordentado, mordentado, cocción y tinción de las fibras, ahorrando al máximo en el proceso.

Los materiales tintóreos que usamos para dar color a los textiles son hojas caídas y algunas verdes de especies recolectadas localmente, residuos orgánicos de cocina como aguacates, leguminosas y cáscaras de algunos alimentos.

Las tonalidades diversas de los , las modificamos con elementos naturales, como limón, vinagres, alumbres y hierros, los cuales permiten abarcar varias opciones para dar texturas y colores a los textiles. 

Llevamos un registro de cada proceso en tiempo, cantidad, color y referencia de cada experimentación lo que permite no solo generar más conocimiento si no la oportunidad de compartirlo mediante talleres y documentos.

TARPUI apuesta por la sustentabilidad, propone concienciar al sector moda, transformar sus impactos medio ambientales, culturales, sociales y éticos en una herramienta de cambio positivo hacia el consumo responsable de moda, sin embargo en el camino hemos comprendido que es necesario una compartir lo que hemos aprendido y a partir de eso hemos generado procesos interesantes de intercambio de información con otros proyectos similares y entendiendo que al compartir información, ampliamos nuestras redes, nuestro trabajo y hacemos extensiva la idea de sembrar nuevas semillas para un cambio significativo en la forma en la que vivimos, vestimos y nos relacionamos con nuestro entorno.