Por Denise Reddy, Voz del #UniversoMOLA Estados Unidos.
Conocí a Pao hace bastantes años. Es muy amiga de mi hermana y trabaja (trabajó?) en una biblioteca feminista llamada Tierra Violeta en Buenos Aires, Argentina.
Mi nombre es Pao Raffetta, trabajo desde 2012 en el Centro Cultural Tierra Violeta, donde funcionan la Biblioteca Feminaria, especializada en feminismos, literatura de mujeres, género y diversidad. También funciona como espacio cultural y galería de arte, con cursos y seminarios de diversos temas, y perspectiva de género.
¿Qué es la identidad de género? ¿Cómo está vinculada al movimiento feminista?
La identidad de género es la vivencia que cada persona tiene, interna e intransferible, del propio género. Esa vivencia se conforma desde la infancia y a través de toda la vida. El movimiento feminista, a través de su crítica a los modelos religiosos y culturales sobre lo que significa ser «hombre» o «mujer», ha planteado que la vivencia de cada persona es un hecho político («lo personal es político»), una construcción cultural, no atada a la naturaleza ni a los mandatos tradicionales. El feminismo ha luchado contra la imposición de estereotipos y modos de vida reglados por la biología («la biología no es destino»). Así, el ser mujer ya no está atado necesariamente a la experiencia de la heterosexualidad, la maternidad, el cuidado del hogar, los colores pastel y el silencio. Las mujeres hoy pueden elegir su forma de vivir su género, su sexualidad, su vida social, profesional y familiar. Así, la identidad de género de las mujeres ya no las ata a un solo modo de ser «mujer» (madre, esposa, cuidadora) y se abren las puertas a múltiples formas y proyectos de vida. Lo mismo vale para las personas trans, que viven su identidad de género con libertad y sin las imposiciones que la sociedad espera que cada quien cumpla según su «biología» (sexual).
¿Cúales son los desafíos que ves en LATAM en torno a la identidad de género?
Como desafío, tanto en América Latina como en EEUU y Europa, vemos que el avance de los neo-conservadurismos políticos y religiosos ha puesto su fuego en las existencias trans, y proponen regresar a un modo de generización de la sociedad según los preceptos de las alas más conservadoras de las religiones. Las alianzas de la Derecha global han atacado a las personas trans en todo el mundo, con políticas excluyentes como las restricciones para el uso de baños escolares a adolescentes trans, el desfinanciamiento de programas de salud transicional, el ataque a los proyectos de educación sexual inclusiva en las escuelas, etc.
¿Cuál es tu identidad de género? ¿La defines de alguna manera?
Defino mi identidad de género como Trans, ni varón ni mujer.
¿Dirías que en el transcurso de tu vida y a medida que tu identidad cambiaba se vio afectada la manera en que comprabas ropa?
Mi ropa, peinado y apariencia han sido siempre bastante masculinas, tanto en la infancia como en la adolescencia y la adultez. Aunque creo que la ropa no nos define, sí creo que cada quien debe tener el derecho a que su vestimenta y apariencia puedan ser elegidas con libertad absoluta. En Argentina, la ropa está aún muy marcada por los estereotipos de género, y tanto como el calzado, aún es muy fuerte la separación entre ropa y calzado de hombre o de mujer. Al punto que para comprar zapatillas, por ejemplo, no es fácil conseguir simplemente un talle 38. No, es requisito aclarar si de hombre o de mujer. Las tiendas online, por ejemplo, no te permiten ver TODO el calzado en tu talle. Sólo se puede visualizar el calzado «de hombre» (+39) o el calzado «de mujer» (-39). Entonces, la mujer que calce más de 39 tendrá muchas dificultades para conseguir zapatos «femeninos», así como el hombre que calce menos de 39 no conseguirá nada suficientemente «masculino». Y aunque hay una tendencia creciente hacia la ropa «unisex», es evidente que la industria textil está aun muy condicionada por los estereotipos de género. Algunos ejemplos: la ropa «de mujer» tiene pocos bolsillos (porque presumen que llevarás cartera», es poco resistente y cómoda porque asumen que no realizarán esfuerzos físicos. Es innecesariamente «sexy», como si todo el tiempo las mujeres en su vida cotidiana tuvieran que privilegiar el erotismo masculino antes que la comodidad, practicidad, o durabilidad de la ropa. Lo mismo sucede con la ropa «de hombre», se presenta como práctica y resistente, pero nunca «sexy».
¿Tienes algún consejo para que diseñadores y marcas de moda sean más inclusivas?
A quienes diseñan ropa les recomendaría que sigan más su creatividad y arte, y menos las imposiciones y estereotipos culturales, que diseñen ropas para todo público (aquí en Argentina todavía es muy cara y poco atractiva la ropa de talles grandes o minúsculos, como si toda persona gorda tuviera que vestir una carpa y toda mujer de pequeño tamaño debiera vestir como una niña), que tengan en cuenta modelos diversos, incluyendo diversidad sexual, diversidad cultural y étnica, diversidad de tallas y diversidad funcional. Entrar en diálogo con las comunidades diversas enriquecerá a diseñadores y marcas, al mismo tiempo que llamo a evitar la apropiación cultural y los estereotipos sexistas.
Gracias @paoraffetta
By @thedenisereddy