Escrito por: Noticias de Universo MOLA

Por Pia Cabral, Colaboradora Uruguay / Imagen portada: Pinterest

El futuro es un tiempo que aún no ha llegado, pero que esperamos que suceda. Pensando en el futuro nos llenamos de ilusiones sobre lo que deseamos alcanzar. Vivir el presente es la mentalidad que se nos fomenta a diario, “Carpe Diem” sin dudas encabeza el ranking de tatuajes más populares en la última década. Vivir el hoy es una manera de aflojar incertidumbres y evita castigarnos con el pasado. Pensar a futuro nos habilita a trazar un plan de acción alineado con nuestras metas y objetivos a cumplir, porque al final, nosotros somos los creadores de nuestras vidas. Somos el Miguel Ángel de nuestras vidas, y el David que esculpimos somos nosotros mismos. Ese es mi concepto de vida, y gracias a ello es que hoy vivo en el futuro que soñé.

“Ser sostenible o no serlo”, sería el cuestionamiento de Hamlet si estuviera presente hoy en día entre nosotros. Y somos varios los que le daríamos like. Tanto para las Naciones Unidas,como a nivel de gobiernos y organismos locales, la agenda ambiental ha ganado un espacio y ha ido generando gran peso con las décadas. El término sostenible no es nada nuevo, fue en 1987 cuando se aprecia por primera vez en el tan conocido Informe Brundtland redactado por diversos países para la ONU. Sostenibilidad, en pocas y claras palabras, es asumir que la naturaleza y el medio ambiente no son una fuente inagotable de recursos, siendo responsabilidad de todos de carácter urgente su protección y uso racional. Vivir sostenible, es un estilo de vida. Es detenerse en este mundo efímero analizando lo positivo y lo negativo de nuestros impactos: sociales, ambientales y económicos. En resumen, para lo que nos preparó este 2020 de pandemia.

En la escuela celebramos el día mundial del medio ambiente, armamos exposiciones hermosas y coloridas. Le cantamos a la madre tierra y actuamos de árbol en la obra de fin de cursos dándolo todo, cual papel digno de una nominación a un Oscar. Por más vergonzoso que sea, todos lo hicimos. De grandes abrimos nuestras mentes en planos más complejos viendo documentales, luego llevamos un bolso a las tiendas para hacer nuestro noble aporte y para no pagar extra por una bolsa, claro. Porque ser adulto también es comprender que todo suma (y mucho). Después algunos cultivan sus propios alimentos, lo cual los eleva en la escala ética. (Y suma algún like en redes). Igual más allá del trasfondo real detrás de los motivos por los cuales se hagan estos actos, todo va aportando su granito de arena lo cual es positivo.

Estar leyendo este artículo es un gran paso para comenzar a trazar tu plan de acción, te lo agradezco y felicito. Informarse es el punto de partida clave para incorporar de manera correcta cualquier hábito a nuestras vidas. El individuo que se mantiene al día puede criticar y entender mejor a la sociedad. Estar informado, es fundamental para la democracia porque facilita el ejercicio activo de la ciudadanía. Así evitamos caer en discursos vacíos de ex mandatarios desmintiendo temas como este de carácter urgente. (Qué bien poder decir “ex mandatario” en este caso, ¿cierto?) Ser consciente de esta problemática también es comprender como consumidores que lo que hace a las empresas ser sostenibles no es su marketing, sino su forma de producir: cómo fabrican. La información es poder, es vital para poder desarrollar un espíritu crítico y discernir entre información rigurosa y falsa, ante el bombardeo constante que recibimos de innumerables fuentes. Esta es sin dudas una  habilidad clave a desarrollar para pasar de pensar, a hacer y ser sustentables.