Por Andrea de Iacovo, Voz Mola Argentina
Cada vez más personas adoptan una vida vegana y libre de crueldad, hoy podemos encontrar más productos plant based en las góndolas de los súper y mini mercados, cómo también en los locales de fast food, que se están adaptando a esta nueva modalidad de sistema alimenticio basado en plantas, veremos hasta qué punto deja de ser un greenwashing o un estilo de vida para el consumidor.
El modo de vida vegano no sólo se extiende en la alimentación sino también en la moda, los materiales nos proporcionan los medios para construir nuestra identidad y actuar individual y socialmente. Aquí citamos los conceptos relacionados a las tendencias y modas veganas:
Veganismo: Es un modo de vida qué defiende los derechos animales y lleva a no consumirlos en alimentos, indumentaria, calzado, accesorios, cosmética, belleza, decoración, tampoco asistir a eventos dónde exista el maltrato y el uso de los mismos para beneficio humano.
Cruelty free: Productos libres de crueldad animal, no testeados en animales. Existe Leaping Bunny, que certifica el sello cruelty free internacional, utilizado por las empresas para certificarse en cosmética, cuidado e higiene personal, productos de limpieza y laboratorios. A veces puede generar mal entendidos ya que en la moda muchos diseñadores utilizan lana, de ovejas esquiladas felices o defienden el uso de cuero como subproducto de la industria alimenticia.
Un producto libre de crueldad no debe contener materiales provenientes de animal.
Plant based: Es un sistema basado en plantas, se trata de la utilización de textiles vegetales y biodegradables, evitando el uso de agroquímicos en su cultivo y de químicos en su tratamiento, pudiendo ser también textiles orgánicos, así mismo en el teñido de las fibras, utilizando tintes naturales, vegetales y recolección de agua de lluvia.
El uso de materiales plant based además de defender la vida y los derechos de los animales, ayuda al planeta a reducir los efectos de gases de invernadero, la polución del aire que respiramos, la contaminación de nuestros ríos, océanos y mares, a reducir las huellas hídricas y de carbono y la tan odiada huella plástica qué está matando a pasos agigantados la fauna marina, también, ayuda a detener la extinción de distintas especies de animales.