Por María Alejandra Vallejo, Colaboradora Colombia
En primera instancia es importante empezar con una contextualización económica y social, primero la actual crisis económica dada por la pandemia que empezó en 2020, a septiembre del año pasado el PIB Colombiano había sufrido una contracción realmente significativa, según la calificadora de riesgo Moody’s Investors Service en su proyección de comportamiento del PIB de Colombia para este año, el país tendría una contracción de -7,3%, para el mes de julio de 2020, según el DANE la tasa de desempleo del total nacional fue 20,2%, lo que significa a grandes rasgos que se perdieron 4,15 millones de empleos, y a pesar de que el panorama actual no es tan amenazador nos encontramos en una realidad social bastante preocupante, muchas personas no solo encontraron problemas para vivir dignamente sino para sobrevivir, el 29% de personas en América latina y el Caribe cayeron debajo de la línea de pobreza, la violencia y la desigualdad problemas que ya exhiben desde hace hace algunos años un comportamiento alarmante, se dispararon por las realidades actuales, los sistemas de salud mostraron que no están capacitados para proteger y atender adecuadamente a la población y a su personal, la salud mental se ha visto afectada generando depresión, tristeza, ansiedad por una gran incertidumbre, y los pocos problemas que poco a poco se fueron solucionando luego se agravaron por la corrupción del mal manejo de la pandemia.
La pandemia ha replanteado drásticamente en el escenario cotidiano del consumidor, sus opciones para acceder a productos y servicios, su manera de interactuar con otros tanto física como mentalmente, y en general el panorama o la visión de vida que tenían, además esto ha generado una pérdida de poder adquisitivo para muchas personas, puesto que disminuyó de choque las ventas, lo que pone en peligro a muchas de las empresas pequeñas y medianas, y la necesidad de generar puestos laborales y con ello a todos los trabajadores que interactúan con estas, se ven realmente afectados, además tiene un efecto muy drástico en el trabajo informal, nos encontramos básicamente con 3 realidades que generan entre ellas círculos viciosos, uno las empresas no venden, y deben despedir a su personal, dos el personal ahora desempleado no tiene poder adquisitivo y no compra, y tercero las consecuencias sociales de no poder mantener contacto con otros y vivir en angustia constante por el futuro.
De primera instancia esa podría considerarse una razón suficiente para comprar productos locales o nacionales, puesto que no solo estamos consumiendo productos que están a nuestra disposición cercana geográficamente, lo que ya de por sí es conveniente, sino que también reduce la contaminación ambiental que podríamos generar en el transporte de otras mercancías, y principalmente fortalecemos e inyectamos capital en las empresas locales , para que estas puedan mantener a sus trabajadores y con esto se genera un sinergia colaborativa que nos traería efectos positivos y círculos virtuosos como comunidad y nación.
Pero la compra de productos no debería estar solamente basada en estas razones económicas y sociales que encontramos en la superficie del problema, porque no podemos simplemente decir ¡Compra local! cuando no existe un presupuesto adicional para comprar siquiera bienes básicos, además cuando se logre llegar a un punto de equilibrio, ¿Qué pasará con estos nuevos patrones? ¿Se convertirán en hábitos de consumo? o ¿Qué pasara con las personas que no salgan de la crisis?, realmente no podemos decir con seguridad absoluta lo que harán o no los consumidores, o como vamos a reaccionar a futuro, pero es posible que un porcentaje desarrolle estos hábitos, pero para lograr que esto pase no solo debemos pensar en que esto ayuda a que nuestro tejido empresarial crezca, se fortalezca y que logremos sostener cifras de empleo aceptables, dignas y beneficiosas para el desarrollo social, también debemos pensar que como consumidores debemos desmentir ideas peligrosas y erróneas que existen sobre nuestro producto, entender las diferentes capacidades adquisitivas de las clases sociales y la gran incidencia que esto tiene en la decisión de compra local o nacional, y finalmente plantear nuestras creencias en un camino conjunto que plantearía relaciones entre empresas y consumidores con capacidad adquisitiva suficiente para comprar mas allá de los bienes básicos, para así aumentar la demanda y con esto la capacidad de oferta de las empresas, generando así empleo.
Siendo así debemos hablar de las ideas peligrosas que tenemos como consumidores, donde el producto exterior tiene una calidad o precio inigualable pero nuestro producto interno no sufre ese mismo juicio, pensemos primero en la calidad ¿Nuestros productos tienen mala calidad realmente?, porque mi closet tiene prendas con 3 o 4 años que están como nuevas y fueron confeccionadas en Colombia y prendas que compre de marcas exteriores que tienen 6 meses y más costuras a mano que un proyecto de patchwork, puede que tengamos algunas experiencias negativas acerca de productos específicos, que no satisfacen nuestras necesidades pero esto no necesariamente es por el lugar geográfico donde fueron generados, sino por decisiones empresariales específicas, o capacidades y habilidades muy concretas que la empresa no posee, como segunda parte el producto interno Colombiano es costoso, muchas veces esto no es realmente verdad, por ejemplo muchos de los productos ofrecidos en D1, una tienda reconocida por tener precios muy asequibles son elaborados en Colombia, y realmente los costos dependen de las características del producto o servicio, y de factores externos como el logístico, que en Colombia nos afecta mucho puesto que comparado a otros países no somos realmente competitivos, o factores como las políticas de comercio exterior, por eso como consumidores debemos abrir la mente y estudiar el producto con ojo crítico teniendo en cuenta nuestras necesidades específicas y los diferentes factores externos.
El siguiente factor es la clase social y como no podemos esperar que todo el mundo compre local, orgánico, sostenible, o nacional si no tienen la capacidad adquisitiva y existen ofertas más económicas, en Colombia el 60% de los hogares tiene un ingreso entre un sueldo mínimo y 4 millones, pero el 30% de la población viven con menos de un salario mínimo por hogar, muchas personas en Colombia viven solamente para pagar Arrendamiento, Comida, Aseo, Transporte, Servicios y algunos otros bienes como vestimenta, materiales para la educación, calzado, tecnología pero no se pueden permitir gastar una cantidad enorme en estos bienes y mucho menos ahorrar, por esto es que no podemos decir de primera mano que la única solución es comprar local, para las personas en esta situación si el producto es local no importa, lo que importa realmente es si es económico y entra en su presupuesto.
Finalmente y conectado con el punto anterior, el estado y las empresas deben llegar a planes y acuerdos que permitan que, uno las personas tengan posibilidades de recibir ingresos, y dos que los productos Colombianos puedan ser competitivos en relación precio sin perder la calidad, para así aumentar la demanda y mantener las empresas funcionando, por esto la solución como tal no es solo decir ¡compra local! y termino, es como consumidores si tienes la posibilidad económica compra local, apoya emprendimientos y empresas pequeñas, busca productos que estén en tu presupuesto y sean realmente una propuesta diferencial y comunitaria, como personas si tienes posibilidad de ahorro y recursos invierte en empresas en las que creas o genera tu un emprendimiento para poder crear más empleos, y como empresas el compromiso es trabajar continuamente para mantener un producto competitivo, informarse todo el tiempo y aprovechar las diferentes opciones que presenta el gobierno o otras instituciones y empresas del sector privado, mantener en posible los empleos, hablar con el consumidor y darle información valiosa de tu propósito como empresa, ser consciente de la realidad y como gobierno escuchen las necesidades de las personas y las empresas no solo grandes e influyentes, sino las voces que parecen pequeñas, en escuchar diversidad de opiniones e ideas se encuentran soluciones realistas y adecuadas a las necesidades.
El camino principal que tenemos como empresas y consumidores para salir juntos de las crisis y secuelas que dejaron los momentos difíciles de la pandemia, es mantener un canal abierto que nos permite mejorar como un grupo con objetivos comunes en nuestros barrios, ciudades, municipios, regiones, países, países vecinos y comunidades internacionales, por eso cuando sea posible para el alcance de nuestro presupuesto prefiere al producto que representa tu país, tu sector geográfico cercano y a tu economía, sin olvidar que los productos y servicios que compramos, gestamos y usamos deben tener un propósito y estar operando dentro de nuestras creencias y valores.
Por eso discute con tus cercanos, tus colegas y dinos en nuestras redes ¿Qué empresas o emprendimientos de tu entorno local consideras que cumplen no solo el ser locales, sino tener un propósito claro, acciones coherentes y están impactando realmente a su comunidad?
Bibliografía:
https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/mercado-laboral/empleo-y-desempleo