El minimalismo como estilo de vida tuvo su boom en el año 2015, cuando Joshua Fields y Ryan Nicodemus bajo la dirección de Matt D’Avella, lanzaron su documental: The Minimalists. En ese momento, una gran cantidad de influencers de YouTube comenzaron su camino hacia el minimalismo como estilo de vida, mostrándolo a través de sus redes y brindando consejos a la audiencia, para todos aquellos que también quisieran adoptar este nuevo, y aparentemente saludable, ismo.
(Fuente: SLUTFOOT/Pinterest)
Pero, al fin y al cabo, ¿qué es el minimalismo y cómo se transforma en un estilo de vida? Para resumirlo, el minimalismo es un enfoque de vida que se basa en la simplificación, reducción y eliminación de lo innecesario, tanto en términos de posesiones materiales como de compromisos y distracciones. De la mano del esencialismo, se trata de liberarse de la carga del exceso y enfocarse en lo esencial, lo que realmente aporta valor y significado a nuestras vidas.
Durante los últimos años, este movimiento se ha visto disminuído, casi opacado por la aparición de más y más tendencias. Sin embargo, se puede rescatar mucho de su propósito y de la enseñanza que trae aplicarlo a la vida, y en especial, a la moda.
(Fuente: Reading My Tea Leaves /Pinterest)
The moda minimalista ha ganado popularidad en los últimos años y se presenta como una alternativa importante para abordar los desafíos de sostenibilidad en la industria de la moda. Si el concepto encierra en sí la idea de que “menos es más”, el minimalismo aplicado a la moda se fija en tener menos prendas, priorizando aspectos como la calidad sobre la cantidad y adoptando hábitos en donde se aprecie lo esencial de la moda.
(Abriendo un paréntesis aquí, el “minimizar” en el minimalismo no debe tomarse como regla. Es decir, no se trata de contabilizar ítems, sino mantener aquello con lo que nos sentimos a gusto, es útil y aporta a nuestra vida y estilo personal. Si tienes, por ejemplo, una colección de treinta faldas y las amas a todas, las vistes siempre, no debes reducirlas a tres por creer que serás más sostenible por tener un número X de elementos. Reducir por reducir no es ideal. Recordemos que la sostenibilidad implica un conjunto de hábitos que se complementan, y no solo se trata de botar todo a la basura).
(Fuente: Who Want Wear Ok/Pinterest)
Así, la moda minimalista se convierte en relevante dentro del contexto de la sostenibilidad debido a su capacidad para reducir el consumo excesivo y disminuir el impacto ambiental. Al seleccionar lo importante, ya sea en nuestras compras futuras o en nuestro armario presente, evitamos caer en el consumismo desenfrenado y contribuimos a la conservación de los recursos naturales utilizados en la producción de ropa.
El asunto calidad resulta un tópico importante aquí. Elegir prendas de calidad en nuestras prendas en lugar de productos de baja calidad, fomentamos la durabilidad y la longevidad de las prendas. Esto se traduce en una reducción de la necesidad de reemplazar constantemente las prendas desgastadas (y sabemos que el fast fashion de calidad no tiene nada), lo que a su vez disminuye la generación de residuos textiles y el consumo de energía asociado a la producción de nuevas prendas.
(Fuente: Envelope Online Shop/Pinterest)
La versatilidad y atemporalidad de la moda minimalista también juegan un papel importante en la sostenibilidad. Al elegir prendas que se pueden combinar de diferentes maneras, creamos más opciones de estilo con menos prendas, evitando así la compra innecesaria de nuevas prendas para “seguir” las tendencias que sabemos que son pasajeras.
(Fuente: Fira Swusten: Japanese designer – Suzuki Takayuki/Pinterest)
El minimalismo en la moda, al fin y al cabo, nos invita a reflexionar sobre nuestras necesidades reales y a valorar lo esencial, lo que nos hace felices y nos sienta bien. Al reducir el deseo (algo muy difícil, lo sé) de adquirir nuevas prendas de forma constante, contribuimos a un cambio cultural hacia un consumo más consciente y responsable.
Además de los beneficios que esto puede traer para el medio ambiente si es aplicado de forma consciente, la moda minimalista también puede ser una forma de expresión personal. Al centrarnos en prendas que realmente nos gustan y que reflejan nuestro estilo auténtico, evitamos la presión de seguir las tendencias impuestas por la industria y promovemos un enfoque más individual y duradero en la moda, incluso “original” (aunque no hay nada nuevo bajo el sol)
Sabemos, sin embargo, que la moda minimalista no es la única solución para los desafíos de la sostenibilidad dentro del mundo de la moda. Aún así, sí desempeña un papel importante. Al reducir el consumo excesivo, promover la durabilidad y fomentar la expresión personal, la moda minimalista contribuye a un enfoque más consciente y ético en la forma en que nos vestimos.
Menos (desperdicios, compras innecesarias, acumulación) es más (salud mental, planeta sano, consciencia ambiental).