Escrito por: Noticias de Universo MOLA

Por Bianca Pasqualini, colaboradora Argentina

El mundo de la moda se encuentra en plena evolución: marcas y consumidores están aprendiendo y creando continuamente caminos hacia una industria textil más sostenible. Es un momento de pleno aprendizaje y deconstrucción, de prueba y error, de pasar de una práctica sostenible a una que lo es aún más. Es un proceso del cual los consumidores somos una parte esencial. 

Sabemos, hoy en día, que hay efectivamente muchas formas de lograr un ropero ㅡy una industriaㅡ más amigables con el medio ambiente y la sociedad. Hay quienes prefieren comprar sus prendas usadas en tiendas de segunda mano, así como hay otros que aún no se animan a lo “pre-amado” y optan por adquirir su ropa nueva de marcas sostenibles. La lista es larga, pero lo importante es entender que no hay un único camino hacia una vida 100% ecológica, sino que cada uno elige aquel que mejor se adapta a sus necesidades y posibilidades. 

En esta búsqueda de prácticas sustentables, se asoma una que, aún cuando en algunos países prolifera enormemente, en otros no gana todavía demasiada relevancia. Y es lo que se conoce como el clothing swap.

 ¿Qué es y para qué sirve?

 “Clothing swap” se traduce literalmente como “intercambio de ropa”, por lo que cuando hablamos de «swap party» nos referimos a una «fiesta de intercambio». Se trata de una reunión en la que diversas personas intercambian su ropa y accesorios con otras, que pueden ser amigos, familiares o incluso desconocidos. Algo así como un viaje a la Mesopotamia de 6000 a.C. 

 Es una práctica sustentable porque, al igual que cuando compramos ropa vintage, no estamos fomentando la necesidad de producir prendas nuevas, sino que consumimos aquellas ya existentes, ahorrando los recursos naturales que hubieran sido necesarios para crearlas desde cero. Ya por ser ecológico, el clothing swap nos gusta demasiado, pero aún hay más por contar: el intercambio no se realiza con dinero de por medio, sino que la moneda de cambio aquí son las prendas mismas. De esta forma, se convierte en una práctica mucho más accesible que otras. 

 Las fiestas de intercambio son excelentes para quienes quieran actualizar su ropero de manera sostenible. Así como también puede ser una ocasión ideal para encontrarle un nuevo dueño a aquella ropa que ya no nos gusta, no nos entra o no comunica más nuestro estilo. Pienso en esos momentos (que no fueron pocos) en que me enamoré de la prenda de alguna amiga y que se encontraba abandonada dentro de su armario sin intenciones de salir de ahí. ¿Quién no vivió algo parecido?

 ¿Cómo se organiza una fiesta de intercambio?

 Si bien la premisa de base es bastante sencilla, es importante establecer ciertas normas para garantizar un ambiente divertido y pacífico. Aquí van unos consejos para tener en cuenta al organizar la tuya: 

  1. Hay que asegurarse de que sea un grupo amplio y variado, para garantizar diversidad de prendas, talles y estilos. [En este contexto de pandemia el número de invitados probablemente deberá ser limitado]. Aunque es una elección personal, no es necesario un límite de edad ni de género porque cuando de ropa se trata no existen tales fronteras.
  2. Es indispensable establecer cómo funcionarán los intercambios porque no es lo mismo cambiar una remera de algodón por otra, que intercambiarla por una campera de cuero, por ejemplo.Hay quienes también sugieren fijar un número máximo de prendas para evitar que unas pocas personas acaparen toda la mercadería y otras queden con las manos vacías. Tal vez no sea necesario cuando los invitados son amigos o familiares, pero sí será importante en caso de ser una fiesta abierta a todo público.
  3. ¿Qué hacer con las prendas que no fueron intercambiadas? Aquí es decisión propia (y mutua). Puede proponerse que las mismas sean donadas a una determinada asociación o que, de otra forma, cada dueño/a se las lleve nuevamente a su casa.
  4. Hablamos del clothing swap como un espacio para intercambiar ropa y accesorios, pero desde ya que puede extenderse a todo tipo de artículos. 

Estos fueron sólo algunos consejos a tener en cuenta si te gustaría organizar una fiesta de intercambio, pero desde luego esta práctica invita a innovar y mantener una cabeza abierta. Ahora que sabes cómo empezar, ¡te toca intercambiar.