Por Luisa Bedoya, Universo MOLA. / Imagen portada: AFP.
¿Cómo es posible que H&M tenga una “línea consciente” pero no pueda hacer que toda su producción lo sea? ¿Cómo es posible que siga explotando gente en diferentes partes del mundo? ¿Cuáles son realmente sus intereses?
El interés de los consumidores por adentrarse en este nuevo modelo comercial, en donde garantizan la implantación de una nueva moda plenamente circular y sostenible, mueve a la marca de moda H&M, quien intenta avanzar en su interés por ser parte de una moda más consciente. Sin embargo esto no los lleva a ser aún una marca sostenible.
Bajo la premisa de ser más comprometidos con el daño ambiental. La marca Sueca H&M lanza para Alemania la plataforma de segunda mano llamada Sellpy, siendo propietaria de un 74%.
Nanna Andersen, directora del departamento de desarrollo del grupo sueco H&M, mediante un comunicado expresó: “Realmente creemos en los empresarios y en el equipo que hay detrás de Sellpy y en su modelo de negocio basado en la circularidad, el cual se alinea a la perfección con nuestra visión de llegar a ser completamente circulares”.
A su vez, la marca busca crear nuevas áreas dedicadas al alquiler de prendas, a servicios de reparación y al desarrollo de nuevas tecnologías y materiales más sostenibles y/o de origen reciclado.
En el 2011, la marca comenzó su colección Conscious, elaborada exclusivamente con materiales sostenibles, creadas con restos de algodón, cobre reciclado, café y vino. Hoy, después de 9 años, la marca vuelve a mostrar su responsabilidad con el lanzamiento de la colección sostenible #ConsciousDresses, que presentarán en el evento virtual #HMLetsChange.
Si bien, cada uno de los intentos de la marca por ser más sostenible y comprometida son válidos, y son pasos que los podrían llevar a ser una marca completamente sostenible esto no los hace por el momento merecedores de este título. Principalmente por su modalidad de negocio en donde la marca saca catálogos por temporadas, nuevo stock semanal, crean necesidades de compra innecesarias en los clientes, venden la mayor cantidad de prendas a precios muy bajos y lo poco que les queda lo rematan a precios absurdos y vuelven a diseñar más prendas, convirtiéndolo así en un círculo vicioso a favor de su virtud. Pese a esto, surge un grupo de personas más conscientes, que empiezan a exigirles determinadas prácticas que los llevan a ellos a pensar en una moda más consciente.
En este orden de ideas, H&M intenta sumarse a la moda sostenible pero solo lo hace porque así gran parte de sus consumidores se lo exigen. Pero por otra parte no es capaz de dejar sus decenas de campañas al año, sus ventas en precios desmedidos que son a su vez consecuencia de compra de manufactura en valores y condiciones inhumanos.
Esto solo nos lleva a pensar en la influencia tan grande que tenemos como consumidores, pues dependiendo de qué exijamos eso mismo las empresas nos darán, si les exigimos a H&M Fast Fashion ellos estarán felices de hacerlo, pero si empezamos a ser más conscientes y racionales con el medio ambiente y exigimos una moda más justa, ellos buscarán volcarse a hacer moda sostenible cómo de verdad tiene que ser, sin vidrieras confusas ni greenwashing.