Por Carolina Ortiz Jerez. @carolinaortizjerez

Entre el día 20 y 23 de octubre pasado, se llevó a cabo la Vancouver Fashion Week. Desde sus inicios, esta pasarela ha tenido como objetivo ser una plataforma global, acogiendo no sólo a diseñadores locales, sino que también, dando cabida a diseñadores extranjeros. Gracias a ello, ha logrado posicionarse como la segunda Semana de la Moda de América del Norte.

 

En esta edición, patrocinada por la marca Bully Blocker, VFW23 congregó a diseñadores provenientes tanto de Vancouver, como de países tan diversos como México, Italia, Ucrania, Japón, Irán, Estados Unidos, Australia, Indonesia, Corea y Canadá, quienes presentaron sus colecciones primavera-verano 2023.

 

Vancouver Fashion Week se caracteriza por apoyar los talentos emergentes, quienes son conscientes de la necesidad de crear prendas y diseños, que sean sostenibles, en cuanto a su fabricación, al uso de telas ya existentes y/o certificadas, y a la producción en pequeñas cantidades con el fin de evitar la sobreproducción.

 

Una de las marcas comprometidas con estos valores es Run&Follow, quien presentó su colección Intertwined. En la pasarela fue posible observar prendas inspiradas en la ropa de trabajo, así como vestidos y prendas fruncidas, que permiten dar versatilidad a las piezas. Para la confección de sus productos, Run & Follow prioriza el uso del upcycling y de deadstocks (rollos de tela descartados o excedentes de la industria textil), promoviendo así el ahorro de energía y de agua.

Continuando con la línea del upcycling, Coco Création presentó una colección titulada Anita, en la que se vieron vestidos, faldas y tops modernos fabricados con retazos de otras piezas de ropa y en las que predominaron los colores vibrantes.

Por su parte, Atelier COĪN, marca ganadora de la beca Nancy Mak 2022, presentó una colección masculina progresiva, con piezas inspiradas en actividades al aire libre. Esta marca, estrechamente vinculada al slow fashion (o moda lenta), privilegia el trabajo hecho a mano de cada pieza y el uso de materiales de alta calidad, fabricados por proveedores locales.

En un universo diferente, pero en el que se valora el trabajo artesanal de distintas comunidades, encontramos el trabajo de diseñadores que buscan rescatar y valorizar técnicas de bordado y de estampado tradicionales de sus países, logrando prendas cargadas de simbolismo.

Tal es el caso de la marca, Cocó Paloma. La diseñadora mexicana Paloma Solís, creadora de la marca, presentó una colección de alta costura mexicana, en la que se entrelazan la artesanía de su país con los códigos de la ropa de noche tradicional. Destacan los bordados a mano y la pintura, en cuya elaboración, participan familias mexicanas que colaboran estrechamente con la diseñadora.

Asimismo, la diseñadora y eco-estilista Tetyana Golota, presentó una colección titulada “Amor por Ucrania”, que puso de relieve el bordado tradicional en punto cruz de dicho país. Con piezas únicas hechas a mano, la diseñadora no sólo apuesta por el slow fashion, sino que además, presenta una propuesta estilística en la que piezas tradicionales del pasado se combinan con prendas más actuales.

Por su parte, la diseñadora originaria de Indonesia, Entin Gartini, expuso una colección romántica de prendas teñidas a mano con la técnica del batik tradicional al estilo indonesio. En la pasarela, Gartini mostró que es posible aplicar procesos de teñido tradicionales a prendas de cortes más modernos y de estilo más occidental.

La próxima edición de Vancouver Fashion Week se realizará en el mes de abril, momento en el que se presentarán las colecciones otoño/invierno.