Escrito por: Noticias de Universo MOLA
Por Pia Cabral, Colaboradora Uruguay
“Querido diario, hoy es un nuevo día sin ser víctima de la moda” así sería mi reflexión del día si usara una agenda Pascualina en este momento de mi vida. La era digital en la que estamos envueltos nos lleva a esa necesidad de consumir, todo es nuevo -todo el tiempo-. Comprar un celular último modelo en 12 cuotas significa que para el momento que lo terminaste de pagar ya salieron 3 modelos más. Todos los días alguien aprieta f5 en nuestros teclados y se hace un refresh de tendencias..
El Sr. Bauman ya nos advirtió de nuestra cultura consumista hace unos años. “Compro luego existo… como sujeto” encabeza una de mis citas favoritas del autor. En nuestra sociedad actual, el apego está prohibido. Tanto en las relaciones personales como en lo material, se ve como una carga que debe ser desechada cuanto antes. Se nos promete felicidad al satisfacer nuestros deseos, pero mantiene esa satisfacción a medias ya que siempre se están creando nuevas necesidades. Lo cual nos genera la constante frustración de estar llenos con lo que ya se tiene.
El proceso de construcción de identidad juega fuerte en estos casos, uno debe conocerse para saber que quiere, y así claro, otros me aprueban e incluyen socialmente. El as debajo de la manga de esta cultura consumista es transformar al sujeto en sí mismo en un atractivo producto de consumo. Vuelvo a repetir, esto no solo ocurre en lo material. Aquí es donde entran en juego las redes sociales, a ver quien se promociona mejor a sí mismo. Instagram, Tinder y el resto de las apps no son más que catálogos donde nos vendemos. Es tal el punto que hoy estamos obligados a programar calendarios con contenidos de posteos y estamos atentos de la hora en la que subimos las fotos para estar activos en la famosa “hora pico”.
La moda está totalmente inmersa en esta problemática, el contexto de pandemia nos obligó a reinventarnos e idear nuevas estrategias. Sin dudas el estilo de vida sostenible le está dando pelea a la cultura consumista. Bauman estaría orgulloso de nosotros. En mi batalla de no ser víctima de la moda mientras intento sumergirme lo más que pueda dentro del mundo de la moda, he cambiado mi estilo de vida. Aprender a no consumir solo porque está en tendencia o por descuento fue el primer paso. Conocer mis gustos, colores y lo que me favorece me soltó la presión de tener que siempre tener “lo último”. Por motivos económicos (pues, freelance), valores y gustos ya hace tiempo elijo comprar segunda mano o en ferias de barrios. Es increíble lo que se puede encontrar, siempre prendas en tendencia. Porque si hay algo que debemos tener en claro, es que la moda es cíclica y todo vuelve. Sino cuestionemos esto según Kim Kardashian y Paris Hilton con sus conjuntos velur que resurgieron con furor este año, 20 años después. Comprarle a marcas locales o emprendimientos pequeños es otra manera de ser parte del movimiento, potenciando la economía de nuestro país. Y si tenemos suerte podemos encontrar prendas de diseño nacional en ferias lo cual nos demuestra su calidad y atemporalidad. Tomar prendas viejas y darles un retoque nosotros mismos aparte de ayudar a la causa y a nuestros bolsillos, nos permite una liberación mental mediante la creatividad y el arte. Es ganar desde donde lo mires. Sumarnos entre todos como equipo, compartiendo a las pequeñas marcas o recomendándolas en nuestros perfiles es un gran aporte con cero costos. Y tú, ¿qué vas a escribir en tu diario hoy?