Escrito por: Noticias de Universo MOLA

Por Yamila Meln, Colaboradora Argentina

La moda ha sido catalogada durante mucho tiempo como una de las industrias más frívolas de todo el planeta, lejos de esa definición, está plagada de interrogantes de todo tipo. Algunos de los focos más problemáticos que tiene esta, están vinculados con los de carácter ético, de allí es que nacen una serie de nuevas alternativas para apaciguar el impacto de la industria en varias áreas en particular.

Los diferentes actores de la moda, motivados por su preocupación hacia esas cuestiones, se adentraron en prácticas que reflejen un mayor entendimiento entre la industria y las realidades en la que esta se ve envuelta, un ejemplo de ello es el veganismo, un estilo de vida que hoy se vuelve cada día más cercano a la Moda con respecto a la utilización de los cueros de origen animal. Esta alternativa surge a raíz de que miles de animales son torturados para acceder al uso de sus pieles en todo el mundo. La nueva generación de diseñadores apoyados por la tecnología, se encarga de producir nuevos géneros llamados veganos. Estos se hacen presente en el diseño moderno y, por lo general son piezas de buena calidad y con un valor agregado ya que, el producto final está pensado con el fin de colaborar en la protección de los Derechos Animales.

En cuanto a la sustentabilidad también entra en juego la conservación del Medio Ambiente debido a que la industria textil es una de las más contaminantes del mundo, generando toneladas de desechos anualmente, esto es en parte debido a lo que conocemos como “Fast Fashion”. Este fenómeno de moda tiene una dinámica de producción de indumentaria constante, y al no ser producida con el fin de perdurar en el tiempo, termina formando parte rápidamente de la basura, finalizado su lenta descomposición en el entorno ambiental. En esta dirección, se está tomando en valor el cambio de los sistemas comerciales en la industria, inculcando a las empresas a desarrollar el modelo de negocios circular, que tiene como base una estructura en la que el producto que vaya a ser vendido, retorne a la cadena de producción una vez finalizada su función en manos del consumidor. 

En el aspecto ético también existe una constante incertidumbre sobre el trato de los Derechos Humanos, ya que, por ejemplo, en los talleres textiles de los países asiáticos, la esclavitud se disfraza de propuesta laboral. En este sentido, el precio de una prenda es fundamental para tener una idea de la procedencia de la misma, ya que por un precio muy bajo se asume que en el costo de producción se perdió un eslabón y este faltante podría traducirse en una disminución del pago correspondiente a los trabajadores en la etapa de confección. En este caso surgieron nuevos espacios académicos dentro del área del Derecho como el Fashion Law que, entre otras cuestiones, estudia las posibles soluciones legales para establecer un espacio laboral más justo.

Consumir local se está posicionando como una iniciativa Slow Fashion para recuperar la economía del país en época de crisis, pero también, para salvar a miles de personas que dependen de esta industria. Para comenzar a vivir de manera más sostenible es ideal atender desde los aspectos más simples y cotidianos, como la alimentación y la ropa y, cuando se compra dentro del país no sólo se apoya a la economía interna, también se aporta un granito de arena para que la industria de la moda comience a trazar un camino más ético.

Algunos de los beneficios del consumo local son:

Tiene menor huella de carbono: Cuando se adquieren productos en tiendas locales de frutas, verduras, panaderías, carnicerías, locales de textiles y otros, es más probable que los productos hayan viajado menos que otros importados. En otras palabras, los productos locales tienen una menor huella de carbono en términos de transporte y logística.

Tiene menos empaquetado: Los productos locales pueden tener menos envases ya que no necesitan ser envueltos en capas de plástico o embalados en cajas para soportar largas rutas de transporte.

Es bueno para la salud: usualmente las compras en el entorno local exigen una caminata recreativa por un tiempo considerable, lo cual indefectiblemente beneficia a la salud.

Construye una comunidad saludable: Las empresas locales tienen un valor comunitario, pueden proporcionar una plataforma que contribuye a las relaciones sociales y une a los ciudadanos locales. Como resultado, se forma una comunidad fuerte y el ambiente de vida se vuelve más amistoso.

Mejora la economía local: Cuando se consume localmente, más dinero permanece en la comunidad. Las empresas locales recuperan más ingresos para la economía local, lo que beneficia a toda la comunidad.

Proporciona trabajo decente: A medida que las empresas locales sean más transparentes, el apoyo a las mismas puede eliminar el trabajo forzoso, el trabajo infantil y las tareas mal pagadas. Esto puede ayudar a alcanzar el octavo punto de los Objetivos de la Agenda para el Desarrollo Sostenible de 2030.

Existen un sin fin de problemas ligados a la moda, pero con el cambio paulatino en los valores de los consumidores se va forjando una especie de juzgado de carácter social y es el público quien advierte de actividades incorrectas por parte de la industria, de la misma forma, se van presentado otros demandantes en el entorno, los cuales exigen la creación de ropa de manera justa, que respete el medio ambiente, la integridad de trabajadores del rubro y la protección de los animales.