Escrito por: Noticias de Universo MOLA

Por Fiorella Benavides, Colaboradora Uruguay

Desde que pisé Uruguay  la naturaleza  me ha regalado tantos  atardeceres  para disfrutar que no me alcanzarían los días si los tuviera que contar. Si hay algo que le sobra a este país es aire puro, vegetación por doquier y caminos  interminables, rodeados de campos eternos que se prestan para descubrirlos y recorrerlos en bicicleta. Pero si hablamos de perlas estoy segura de que cualquiera que conoce Uruguay diría que su costa es una de las más lindas de Latino América. No solo por su belleza en general, sino porque es perfecta para hacer diversos deportes. Punta del Este en particular es una ciudadturística situada en una península del sudestede Uruguay. La popular playa Brava es conocida por su fuerte oleaje, y últimamente está experimentando un crecimiento sorprendente en deportes de agua como el surf, el wind surf, el kitesurf, el waterpolo entre otros. 

Sin embargo, creo que  muchas veces los seres humanos no valoramos, ni cuidamos como deberíamos nuestra casa, el lugar donde decidimos vivir nuestro día a día y  nos aprovechamos de la gratitud de la naturaleza. Quizás, en mi caso al crecer en una ciudad como La Plata se me hizo costumbre ver  la aglomeración de gente y el exceso de residuo desmesurado que se genera constantemente. No digo que en la vorágine de la vida en la ciudad no sea visible la contaminación  pero pasa más desapercibida que cuando vivís en un pueblo costero donde no hay tanta población y predomina más la naturaleza que el cemento.  De todas maneras, está en uno cumplir su rol como ciudadano responsable y ser empático con el planeta. Es importante que nos apropiemos del espacio en el que vivimos como si fuera nuestra casa donde nos refugiamos. Ese lugar sagrado que no dejarías que nadie contamine porque lo cuidas, lo limpias y  lo valoras todos los días. 

El deterioro de la salud de los océanos se ha ido acentuando en los últimos años, debido en gran parte al avance del cambio climático, el aumento constante de la contaminación y basura oceánica y la sobreexplotación de los recursos marinos con la inevitable consecuencia de la destrucción de este preciado hábitat. Esta alarmante situación no pone en peligro sólo el ecosistema marino, sino también otros grandes desafíos, como el cambio climático.

El Pacto Mundial de Naciones Unidas ha querido hacer hincapié en este área, habitualmente muy poco abordada y que, sin embargo, ha demostrado ser vital para la supervivencia del planeta y la personas. Por ello, ha realizado un mensaje para que todas las empresas, independientemente de que participen o no en el sector marítimo, adopten los Principios para un Océano Sostenible.

“La forma en que protejamos y gestionemos el océano determinará gran parte de nuestro éxito en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, y las empresas que están conectadas al océano tienen un papel fundamental que desempeñar.”

Asimismo, estos Principios alientan a los firmantes a “considerar las oportunidades de negocio sostenibles que promuevan o contribuyan a restaurar, proteger o mantener la salud del océano y la productividad y los medios de vida que dependen de ellas.” Y es que, garantizar un medioambiente marino saludable no sólo es necesario para que muchas empresas que basan su actividad en los océanos sigan operando a largo plazo, sino que, innovar e invertir en nuevas soluciones oceánicas también ofrece una importante oportunidad comercial para otros sectores. 

Por otro lado, es importante poder generar vínculos entre las actividades culturales, el conocimiento tradicional y las prácticas sostenibles ambientalmente, los cuales deben explorarse y promoverse. Tal es así como la formulación de estrategias y programas para impulsar la adaptación al cambio climático. Incorporar medidas relativas en todas las políticas y estrategias, mejorar la educación y  la sensibilización con el tema. El objetivo es contribuir a la prevención y reducción de la contaminación marina. Además, apoyar a la gestión y protección sostenible de los ecosistemas marinos y costeros, y a la reducción de la acidificación de los océanos. La  necesidad de acabar con la pesca excesiva y  conservar las zonas costeras.

¿Por qué es importante la cultura en este terreno?

Algunas tradiciones culturales se relacionan con la preservación sostenible de los ecosistemas marinos y costeros y resulta necesario identificarlas y reforzarlas. 

¿Qué pueden hacer las ciudades?

Considerar explícitamente la noción de “paisaje” en sus políticas, integrando los aspectos naturales y culturales del desarrollo. Reconocer y preservar las prácticas, tradiciones e historias culturales vinculadas con los usos sostenibles de los océanos, los mares y los recursos marinos, incluso a través del establecimiento de instituciones especializadas (ej. ecomuseos, museos marinos, etc.) y demás iniciativas.

Cuando la marea sube y luego baja, la ignorancia humana se hace visible. Colillas de cigarros por doquier, bolsas de residuo y plásticos de todo tipo se apropian de nuestro planeta. Es hora de valorar nuestra casa común, la tierra que habitamos, que caminamos, donde dejamos nuestras huellas. Para aportar una huella limpia y transparente, que exprese una reflexión colectiva. Generando consciencia sobre el consumo desmedido que ha destruido y sigue destruyendo ecosistemas. Es un desafío importante pero también una oportunidad para reconstruir un mundo más sostenible y transparente. La salud de los océanos y el cambio climático presentan uno de los desafíos más importantes. Vivimos en un mundo bastante egocéntrico pero también existe el poder de transformar y como individuos jugamos un papel importante para influir en esa dirección. Hasta la acción más pequeña produce un gran cambio.