Por: Camila Rua

 

En Universo MOLA Fashion Week 2025, 12 marcas de América Latina presentaron sus colecciones. Una de ellas fue Pinsón, una marca colombiana que produce biomateriales. Su pasarela fue una experiencia completa para los sentidos, que mostró la singular fusión entre las ciencias naturales y la moda. Además, la colección presentada fue el lanzamiento oficial de la marca.  

Para hablar sobre la marca, su historia, sus materiales y procesos singulares, entrevistamos a Luisa Pinzón, su fundadora quien ve en la ciencia una oportunidad para hacer la moda sostenible y, en la moda, una forma de divulgar la ciencia.  

Háblanos acerca de Pinsón… 

Mi nombre es Luisa Pinzón, pero Pinsón no solamente es mi apellido: es mi ancestralidad y una de las especies de aves que Darwin utilizó para estudiar la evolución. Así que pedimos prestada esa palabra. Pinsón es una marca joven basada en la investigación del conocimiento popular y ancestral, así como en el conocimiento científico, teniendo como base mi profesión como microbióloga. En Pinsón hacemos biomateriales para las industrias de la moda, diseño, decoración de interiores y arquitectura.

 

¿Cómo llegaste a trabajar en la relación entre la moda y las ciencias naturales?

Esta historia comenzó con una pregunta que me hice en 2016: ¿cómo podríamos acercar más la ciencia al público general? Siempre me ha gustado mucho el diseño, pero me enfoqué en estudiar una carrera científica, como es la microbiología. Un dolor que tuve en la infancia me llevó a acercarme al sector moda y textil, ya que no encontraba soluciones para vestirme por mi talla. Así que tuve mucha cercanía con costureras y textiles. En 2018 me inscribí en el Biodesign Challenge, un concurso internacional donde universidades y estudiantes presentan proyectos en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Allí trabajan mucho con conceptos relacionados con la biomímesis y esta fusión entre diseño, moda y biodiseño. Fue entonces cuando dije: «¡Wow, esto es revolucionario!».

 

En 2024, al inicio del año, me pregunté: ¿qué quiero hacer con mi vida? ¿Qué quiero proponer? Recordé esa vieja pregunta que me había hecho y pensé: «Tal vez este proyecto de relacionar la ciencia con el diseño puede ser mi proyecto de vida». Entonces, ¿por qué no dedicar gran parte de mi vida a responder esa pregunta? Ahí fue cuando tomé acción y empecé a trabajar en Pinsón.

 

¿Cuál era la idea principal y qué querías transmitir con la primera colección de tu marca? 

En esta colección quería que el espectador entendiera realmente la fusión entre ciencia y moda. Entonces acompañé la pasarela con videos de procesos macro de laboratorio como las burbujas que se hacen al verter agua en un recipiente. A través de estos procesos, que usualmente uno ignora, traté de traer a la persona a que viviera en este mundo más micro, detalles que muchas veces no percibimos, pero están ahí en la cotidianidad. Entonces es principalmente el rescate de todos estos elementos para que la persona se sienta parte del laboratorio de investigación. 

 

También, el sonido que acompañó el desfile era muy enfático, ya que, era la música y un audio de palabras muy científicas, como microscopía, biomaterial, sostenibilidad, tubo de ensayo, caja de Petri, etc. Al ser el lanzamiento de la marca quise darle un bagaje más científico, haciéndolo un poco más artístico, pero que se sintiera muchísimo la presencia de la ciencia en la moda.

¿Qué se presentó en la colección?

La idea de la pasarela era mostrar el material más que limitarlo a la fabricación de ropa. Algo importante que yo quería hacer en la pasarela era que las personas con su imaginación pudieran llevar los materiales a donde ellos quisieran. Por eso realmente no me enfoqué en hacer una prenda como tal. Tengo algunos desarrollos, por ejemplo, bolsos y este tipo de cosas, pero son aplicaciones que no quise mostrar en la pasarela precisamente porque quería dejarlo abierto a la imaginación. 

 

¿Qué materiales utilizaste en esta primera colección?

En esta primera colección principalmente tuve materiales con residuos urbanos, que se pueden encontrar en la cotidianidad y no necesariamente residuos industriales. En esta colección, que presenté en Universo Mola Fashion Week, predomina la borra de café,  la semilla de aguacate y la cáscara de huevo.

 

También estamos trabajando con semillas de guanabana, pigmentos naturales, por ejemplo, la cáscara del mangostino. Entonces estamos explorando otro tipo de materialidades para ponerlas al servicio de industrias como la moda y el diseño.

 

Cuáles son los procesos para la realización de los materiales 

El componente científico siempre parte desde lo simple, la pregunta de exploración, utilizando como base el método científico, proponiendo una hipótesis, ensayo y error. Además de basarnos en el método científico, somos muy responsables con la elección de las materias primas, ya que estamos tratando de generar un material que haga un cambio.  Entonces no generamos un material que comprometa cosas, como la seguridad alimentaria y tratamos de trabajar siempre con residuos de otras industrias para así poder darles una segunda oportunidad y trabajar con el principio de la economía circular. Ahora, muchos diseñadores están trabajando con biomateriales, en mi caso también estoy trabajando también con microorganismos, por mi conocimiento estoy tratando de incluir también lo que son hongos y bacterias.  

 

¿Cuál es ese proceso de degradación que tienen estos materiales? 

Uno de los quiebres de los biomateriales son el tiempo y el cuidado de las piezas, porque estos materiales están diseñados para que se reintegren muy fácil al sitio. Entonces con un compostaje casero o con un compostaje industrial es más que completamente seguro que los biomateriales, que yo estoy usando en este momento, se degradan. También se pueden degradar con el cambio de las temperaturas y de la humedad relativa, así que, se tienen que contemplar bastantes variables, ya que estos materiales están diseñados para reintegrarse fácilmente en la cadena.

 

¿Qué reto tuvieron en la producción de la colección? 

En general hacer biomateriales puede ser demandante, en el sentido de procesar los residuos. Un reto principal que tuve fue el secado de los materiales por el clima de Bogotá,  que es bastante frío y a veces está bastante húmedo, además, la humedad relativa del lugar donde estoy trabajando es bastante alta. Entonces, todos estos factores hacen que se retrase el proceso de secado. Muchas veces en lugar de que el material sirva, se llena de otros seres que habitan ahí, es decir bacterias y hongos que pueden llegar a colonizar algunos de los biomateriales, porque precisamente están vivos. 

 

Entonces, imagínate procesar un montón de café que te dan las cafeterías, tú comienzas a llenarte de café y el café se empieza a dañar. Todo este tipo de cosas es bastante angustiante más que todo cuando el proceso es muy artesanal como en mi caso que el proceso no está muy industrializado. 

 

¿Cuál fue tu pieza favorita de la colección?

Hay una pieza que tiene como si fuera un gusano, esa fue bastante interesante porque originalmente la pensé para que se vistiera de otra manera en la pasarela. Pero, finalmente la manera en que la presenté me gustó mucho, porque parecía como si fuera un escudo, como un guerrero.También, fue un reto hacerlo, porque todas las figuras fueron cortadas a mano con bisturí.

Otra de mis favoritas fue la pieza calada, a la modelo no se le veía la cabeza y por dentro tenía  luces para que las personas vieran que puede ser utilizado en otros contextos, como lámparas. Hubo otra pieza que me gustó mucho, son como unas plumas hechas de huevo, para esto utilicé unos moldes impresos en 3D y fue hecho como un pequeño obsequio para las personas de prensa, que eran lunitas de cáscara de huevo.

¿Qué representó para tu marca estar en Universo MOLA Fashion Week? 

Para mí, pertenecer a una comunidad donde se comparten muchos valores y principios, es

la oportunidad principal de estar vinculada a Universo MOLA como institución. Por otro lado, Universo MOLA Fashion Week creo que fue una oportunidad para tener muchísimas conversaciones y conocer personas que están trabajando desde diferentes aristas, por ejemplo, en territorio.  Para mí la semana se puede resumir en la palabra creer, en muchos sentidos, creer en mí, en mi marca, en la sostenibilidad,  en que se puede hacer cosas sostenibles, en un mundo mejor y también conocer personas de verdad espectaculares.

 

Además, me hice una amiga de Uruguay, que es como si fuera como una amiga de hace mil años. De hecho, fue una conexión que pasó de último minuto por la pieza que utilicé en la pasarela, era una prenda de tela con una frase en la espalda, de la marca Valezero. Creo que la frase resumía muy bien el sentir de mi marca, hacia la parte de las raíces, la ancestralidad y el conocimiento. Yo no la conocía a ella, nos hicimos amigas porque yo le presté unos ganchos y yo vi esa prenda, además, era blanca y yo quería tener algo blanco, de hecho me iba a vestir con bata de laboratorio para dar toda la vibra de científica, pero cuando veo esta prenda blanca con esta frase la tuve que comprar. Entonces fue una conexión también muy linda entre proyectos y pues al final fue lo que usé para la pasarela.