Por Paz Coliguante
La sostenibilidad es un tema que sigue preocupando y ocupando a la industria textil. Gracias a la concientización, los consumidores de moda se vuelven más conscientes de los impactos ambientales que generan sus consumos, investigan y eligen materiales naturales y procesos responsables. En este contexto, la lana de Uruguay se ha posicionado como un ejemplo de producción sostenible, que no solo promueve la calidad de sus productos, sino también el respeto por el medio ambiente y el bienestar animal.
Un modelo de producción extensiva y amigable
Uruguay es uno de los principales exportadores de lana del mundo, con un volumen de 25,000 toneladas exportadas anualmente a más de 40 países, siendo Europa el principal destino. El país se destaca como el tercer mayor exportador mundial de lana en estado natural y el primero en América Latina. Su éxito en la industria lanera no es casualidad; responde a una combinación de factores naturales, sociales y tecnológicos.
En este país, la producción de lana se realiza en su mayoría en sistemas extensivos de ganadería, donde los rebaños pastan libremente a cielo abierto durante todo el año, en armonía con el paisaje natural. Este tipo de pastore
o no solo favorece el bienestar animal, sino que también contribuye al cuidado de los suelos y la biodiversidad, lo que garantiza una producción respetuosa con el medio ambiente. Además, las ovejas producen un vellón renovable cada año, lo que convierte a la lana en una fibra sostenible que contribuye a la captura de carbono, dado que la mitad del peso de la lana es carbono capturado durante su crecimiento.
Prácticas éticas: Bienestar animal, innovación tecnológica y certificaciones ambientales.
El compromiso de Uruguay con la sostenibilidad también se refleja en las estrictas normas que regulan el bienestar animal. Las prácticas de cría y cuidado de las ovejas aseguran condiciones adecuadas para los animales, lo que es fundamental en la producción de lana de alta calidad. Además, los procesos de lavado y acondicionamiento de la lana, como los realizados en las peinadurias, emplean tecnologías que minimizan el impacto ambiental, como el reciclaje del agua utilizada en el lavado de la fibra.
Estas prácticas no solo benefician al medio ambiente, sino que también son cada vez más valoradas por diseñadores y marcas de moda internacionales, que buscan materiales sostenibles para sus colecciones.
El producto: Lana termorreguladora y de alta calidad.
La lana uruguaya es conocida por sus excepcionales atributos. Su propiedad termorreguladora, que supera a otras fibras naturales y sintéticas, la convierte en una opción ideal para prendas de todo el año, proporcionando confort y regulación de la temperatura. Además, es una fibra reciclable y natural, lo que la hace más atractiva dentro del marco del slow fashion, un movimiento que promueve la producción y el consumo responsable de prendas duraderas.
En contraposición a las fibras sintéticas, la lana no libera micropartículas contaminantes durante el lavado, lo que reduce significativamente el impacto ambiental. Además, su durabilidad y resistencia hacen que las prendas de lana tengan una larga vida útil, lo que fomenta el reciclaje y la reutilización.
Un compromiso asumido: ser referentes en trazabilidad productiva.
La sostenibilidad en la producción de lana en Uruguay es un ejemplo de cómo el sector agrícola y textil pueden colaborar para crear productos de alta calidad, respetuosos con el medio ambiente y éticos. A través de prácticas responsables, Uruguay ha logrado no sólo posicionarse como un referente en la industria de la lana, sino también como un socio ideal para marcas y diseñadores comprometidos con la moda sostenible.
La lana uruguaya no es solo una fibra de lujo; es un símbolo de responsabilidad, innovación y conciencia ambiental en el mundo de la moda global.
Fuentes:
https://viviruruguay.com/la-revolucion-sostenible-de-la-lana-uruguaya/