Por Cristal Jimenez

 

¿Es Europa verdaderamente el epicentro de la moda?

 

Personalmente, desde hace un par de años, y desde que la moda comenzó a formar parte fundamental de mi vida, me he replanteado esa pregunta incontables veces, no obstante, son muchas más las veces que los medios o las redes sociales han difundido e inculcado a la audiencia que países como: Francia, Reino Unido e Italia, son los que dominan el mercado de la moda a nivel mundial.

 

Solo basta con observar, que cada que llegan los meses de febrero y septiembre, el mundo nos invita a estar atentos a las ciudades históricas de la moda, porque en las semanas de la moda de París, Londres, Milán, e incluso tomando en cuenta a Norteamérica con Nueva York, es donde se generan las nuevas tendencias para la moda global.

 

La realidad es que este planteamiento posee un contexto histórico que hace referencia a un pasado colonial; es decir, en el pasado estas naciones buscaron nuevos dominios de regiones para establecer colonias, en donde incluyeron África, Asia, Oceanía, y por supuesto, América. Y aunque esto parece ser lejano, en la actualidad los hechos no han cambiado demasiado, ya que sigue existiendo una conquista, pero no de la forma histórica; sino que la nueva herramienta predominante para la conquista cultural, social, ambiental y económica, es la industria de la moda.

 

Europa y Estados Unidos han aprovechado su poder como regiones desarrolladas, para crear un guión de la moda en donde predomina una narrativa hegemónica, emitiendo una dominación a las naciones subdesarrolladas y a los grupos subordinados. Este guión va desde “lo más superficial” como la imposición de dos temporadas de moda, primavera-verano y otoño-invierno, cuando ciertamente estas temporadas no concuerdan al 100% con las manejadas en otras regiones del mundo.

Colectivo Malvestidas (Loreto Martínez y Tamara Poblete). Foto: Jon Jacobsen

 

En el área ambiental, se deja en evidencia que el Sur global es aquel que enfrenta las consecuencias climáticas, con los vertederos de moda rápida que se han incrementado en los últimos años en países como Chile; mientras que países del Norte Global mantienen su estatus de lujo, aunque sean ellos los que producen y propagan la moda rápida. Asimismo, en el área cultural, los países dominantes se han atrevido a apropiarse de legados culturales de los países dominados, y los catalogan únicamente como “Inspiración” sin otorgar crédito alguno.

 

Sin embargo, históricamente las sociedades disponen de un espíritu de lucha, que las ha conducido a querer cambiar el status quo de la realidad social. En Latinoamérica, está sucediendo con la revaluación de esta narrativa impuesta por la dominación; sobre todo, porque por mucho tiempo, Europa y Estados Unidos han sido la fuente principal de “Aspiración” otorgándole una superioridad y normalizando lo que dictan y proponen estas regiones, pero ¿Como está sucediendo este cambio?, a través de la descolonización de la moda.

 

La moda decolonial se ha propuesto eliminar las estructuras coloniales que han dominado el mercado, mediante la celebración a la diversidad y el verdadero reconocimiento de rasgos y características distintivas de este lado de la región. Esta deconstrucción de las narrativas eurocentristas es trabajo de todo individuo que crea o consume moda, desde los diseñadores quienes deberían eliminar el anhelo de validación del Norte Global y descomponer el pensamiento de que llegar al mercado internacional significa alcanzar “éxito”.

 

Pero, y los consumidores de la moda ¿Que podemos hacer?, en un conversatorio, Jose Forteza, Embajador Global de Universo Mola y editor senior de Vogue México y Latinoamérica, comentó: “A mi me importa que la gente se vista con Ñ, que se vista con sabor, dicción y mensaje Latinomericano”. Considero que este es un pensamiento que todos los consumidores deberían de adoptar, ya que significa llevar puesto con orgullo la identidad y autenticidad cultural latinoamericana. De igual forma, la moda decolonial promueve el consumo consciente, por lo tanto, es fundamental preguntarse quiénes están confeccionando la ropa que se lleva puesta, bajo cuales condiciones laborales las realizan, y sobre todo, si los salarios que reciben son justos.

 

No cabe duda, que el trabajo de difundir el planteamiento sobre descolonizar la moda está siendo dirigido por medio de un proyecto a la vez, y ahora en dia, suprimir el protagonismo y superioridad de la moda euroamericana, significa un avance para la creación y difusión de espacios de representación de moda latinoamericana, permitiendo redescubrir y evidenciar el patrimonio cultural que nos define.